Narcissus triandrus L. Nombre:

Campanica

Ámbito:

Terrestre

    Identificador:

6543

Planta propia del noroeste de península Ibérica, desde la Beira Alta en Portugal hasta Navarra, y de las islas Glénans, en Francia.

Planta hermafrodita, principalmente alógama, con polinización entomófila. Se han descrito como polinizadores potenciales o visitantes varias especies de los géneros Anthophora, Bombus y Macroglossum. Produce (1)3-5 flores por escapo. Cápsulas con semillas numerosas, de dispersión principalmente barocora, aunque las presencia de estrofiolo sugiere también su dispersión mirmecocora.

Presenta reproducción vegetativa por división del bulbo.

Se trata de un taxón de gran plasticidad ecológica (pastos petranos, repisas herbosas y grietas de roquedos, taludes de carretera, claros de brezales y jarales, y orlas y claros de hayedos, robledales, marojales, encinares y abedulares) y altitudinal (0-1.550 m). Es indiferente al tipo sustrato aunque parece preferir los silíceos. Las comunidades en las participa son los siguientes: roquedos y comunidades casmófitas de diversos tipos (Clases Asplenietea trichomanis, Thlaspietea rotundifolii y Phagnalo-Rumicetea indurati), pastos de las Clases Festuco-Brometea erecti y Nardetea strictae, y bosques de las Clases Querco-Fagetea y Quercetea ilicis y sus matorrales de sustitución.

No se tiene constancia de censos anteriores de Narcissus triandrus subsp. triandrus, si bien en el caso del País Vasco se hizo una estima general para las tres poblaciones conocidas (una en Bizkaia y dos en Araba/ Álava) de menos de 1.000 ejemplares maduros. En la revisión realizada en 2017 en diferentes poblaciones se han observado valores muy dispares. Así, mientras que algunas están formadas por unas pocas decenas de ejemplares o no han podido ser confirmadas, otras están integradas por centenares de miles de ejemplares.

La extensión de presencia conocida es de casi 20.000 km², aunque el área de ocupación real es muy inferior. En las poblaciones visitadas predominaban los ejemplares reproductores, siendo más escasos los juveniles o los vegetativos.

En general, no precisa de medidas concretas para garantizar su conservación. Aun así, habría que considerar que algunas de las poblaciones son relativamente pequeñas y se pueden verse afectadas por diversos factores de amenaza. En estos casos, serían necesarias regulaciones específicas o la catalogación de la especie para su protección. Además, se propone la conservación ex situ de material que represente de forma adecuada la diversidad genética del taxón, y subsanar las dudas taxonómicas de alguna de las poblaciones.

Los riesgos más significativos vienen derivados de los cambios en los usos, que pueden afectar a las características del hábitat (sobrepastoreo, matorralización, creación de pistas, construcción de parques eólicos, gestión forestal, canteras…), la escalada y el senderismo; y la recolección de flores o bulbos. Aun así, teniendo en cuenta el número y el tamaño de poblaciones y la disponibilidad del hábitat potencial a lo largo de su área de distribución, estos factores de riesgo no suponen actualmente un peligro inminente para la supervivencia del taxón.

En la sierra del Alto Rey (Guadalajara), se cita su empleo como planta ornamental, ya que su flor amarillenta resulta muy vistosa y regalar un ramo de ellas era un detalle muy apreciado. A principios de la primavera se solía salir en busca de los corrillos de estos narcisos que irrumpían en las fincas umbrías. Las flores se recolectaban en El Atazar (Sierra Norte de Madrid) para ponerlas como adorno en el pelo o en la camisa. También en este municipio se citaba en una canción: “Campanillas de aguilón, si las tocas tuyas son, si las toca el sacristán, son suyas si te las dan”.

En otro pueblo de la misma comarca, Puebla de la Sierra, esta especie es conocida como vasos de pobre, diferenciándose de otro narciso que allí denominan vasos de rico (Narcissus pseudonarcissus L.) por ser los primeros “más pequeños y descoloridos”. Señalan también que “crece por las peñas”. En Ciudad Real son conocidas como follón de llueca por el olor tan desagradable que desprenden, razón por la cual no suelen recolectarse mucho.

Asimismo, en el Parque Nacional de Cabañeros (Castilla-La Mancha) consideran que son poco olorosas y rara vez suelen recolectarlas.

En Navarra no está incluido en ningún catálogo de protección pero sí está considerada como “prioritario” para la conservación; mientras que en Castilla y León está considerado como de “prioridad baja” debido a su abundancia. En Cantabria se ha considerado que no se cuenta con información suficiente para evaluar su situación actual. La gran mayoría de las poblaciones se encuentran dentro de espacios naturales protegidos (P. Nacionales, P. Naturales, ZECs…). En el Jardín Botánico de Olarizu (Vitoria-Gasteiz) se conservan semillas de las poblaciones alavesas.