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Espacios protegidos

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Nombre Figura de protección Descripción
Ojeda, Inagua y Pajonales Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat), Zonas de Especial Proteccion para las Aves (Directiva Aves)
(Categoría UICN: No aplica)
Se trata de un espectacular macizo montañoso localizado al oeste de la isla de Gran Canaria, constituye una unidad geográfica formada por una cordillera que se extiende desde el Morro de los Almaicenes al este, hasta la Montaña de Inagua al oeste. La zona se ha visto afectada por dos ciclos eruptivos, uno con más antiguo con materiales ignimbríticos y lávicos y un segundo ciclo denominado "Roque Nublo" de aglomerados volcánicos y coladas básicas. La temperatura media anual esta en torno a los 16º C con una gran amplitus tanto estacional como diaria, las máximas pluviométricas se dan en otoño e invierno, estando el total anual sobre los 300-400 mm. En este espacio se asienta una de las mejores representaciones del pinar natural existente en la isla, dominando el paisaje el Pino Canario (Pinus canariensis), entre las especies acompañantes se encuentran el Jarón (Cistus symphytifolius), diversas especies de tomillos (Gen. Micromeria) y en ocasiones codeso (Adenocarpus foliolosus). Extensa superficie de cumbre al sur de la cuenca de Tejada, perteneciente a los montes públicos de Ojeda, Inagua y Pajonales. La mayor parte se encuentra por encima de los 1.000 m, aunque muchos picos superan los 1.400 m (Sándara, Lina, Yescas, etc.). En este espacio está presente parte de los materiales más antiguos de Gran Canaria, constituidos por formaciones traquíticas y fonolíticas del primer ciclo volcánico, con manifestaciones puntuales de la serie Roque Nublo. La comunidad vegetal dominante es un pinar abierto de Pinus canariensis, que se intercala con tabaibas (Eurphorbia obtusifolia), jaras (Cistus monspeliensis) y escobones (Chamaecytisus proliferus). La flora cuenta con varias decenas de endemismos, algunos de los cuales están en peligro de extinción como la gildana (Teline rosmarinifolia) o el heliantemo (Helianthemum bystropogophyllum). La fauna es la típica del pinar con varias especies orníticas importantes como el pinzón azul (Fringilla teydea polatzaki), el picapinos (Dendrocopos major thanneri), los herrerillos (Parus caeruleus teneriffae) y la perdiz roja (Alectoris rufa intecedens). Esta última especies sólo está presente en Caniras en esta isla, ya que en las demás vive la perdiz moruna, que no está en Gran Canaria, ni el La Palma ni en El Hierro. Los llanos de Ojeda son el útlimo lugar donde se constató la existencia de guirres (Neophron percnopterus) en Gran Canaria. Al ser monte público, esta zona soporta un uso muy limitado. Hay que citar las actividades educativas inherentes a la presencia de un aula de la maturaleza en el monte público de Inagua, y la existencia de caminos reales que cruzan la reserva en distintas direcciones. A este respecto, la reserva natural integral tiene un excepcionado en la ley que la reclasificó como tal, a fin de que se mantenga el uso de los caminos reales y a las actividades ligadas al aula de la naturaleza de Inagua.
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Caldera de Taburiente Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat), Zonas de Especial Proteccion para las Aves (Directiva Aves)
(Categoría UICN: No aplica)
Localización Geográfica. El Parque Nacional de la Caldera de Taburiente se encuentra situado en la parte central de la isla de La Palma entre las latitudes 28E46'00''-28E41'00'' Norte y longitudes 17E50'00''-17E55'00'' al Oeste del meridiano de Greenwich. Climatología. Por la configuración de La Caldera, los vientos alisios del NE no suelen penetrar en ella, salvo en los casos en que logran salvar la crestería. Hay que destacar que, debido al gran desnivel (hasta 2.000 m) existente en La Caldera, nos encontramos con distintas condiciones climáticas según la altura a la que nos situemos, lo que de hecho se ve reflejado en la vegetación. En invierno y coincidiendo con las olas de frío procedentes del N y NO suele nevar en las cumbres, donde normalmente reinan vientos laminares y uniformes del SO. El "tiempo sur" o "levante", que en determinadas ocasiones trae aire seco y cálido de Africa, penetra en La Caldera provocando los días más calurosos. Las precipitaciones en el interior del Parque se pueden estimar entre los 900 y 1.000 mm, y la humedad relativa del aire alrededor del 60%. Geomorfología. El Parque Nacional comprende la denominada Caldera de Taburiente, una caldera de origen erosivo de unos 8 km de diámetro. La Caldera tiene forma de herradura abierta por el SO por donde se comunica con el mar a través del barranco de las Angustias. Al comienzo de dicho barranco, en Dos Aguas, el fondo del Parque se encuentra a los 400 m de altitud, mientras que las paredes de la cuenca rondan los 2.200 m., alcanzando en el Roque de los Muchachos (2.426 m.) el punto más alto. La Caldera es una gigantesca cuenca erosiva del gran barranco de Las Angustias, que forma parte del sector más antiguo de la isla, conocido como Paleopalma. Hoy, la erosión ha excavado una fromidable cabecera de barranco de unos 8 Km de diámetro, cuyas paredes rebasan los 2.000 m de altura y su fondo se encuentra a unos 800 m sobre el nivel del mar. Este desnivel posibilita la existencia de colosales paredones de hasta 700 m de absoluta verticalidad. Las cresterías que circundan el parque son una sucesión de pincachos entre los que se encuentra el roque de los Muchachos, la máxima altura de la isla (2.426 m). Otras cimas sobre los 2.000 m son pico Palmero (2.310 m), Fuente Nueva (2.366 m), pico de la Cruz (2.351 m), Piedra Llana (2.321 m), pico de las Nieves (2.247 m) y el pico del Cedro (2.091 m). La geología de esta zona se caracteriza por el afloramiento del complejo basal de más de 3 millones de años de edad, sobre el cual se originó la isla, que cubre casi toda la base de la caldera. Sobre estos materiales aparecen basaltos de la denominada serie volcánica de la pared (serie III), que ocupan casi todo el resto a excepción de un sector Bejenado, de materiales de la serie IV. La Caldera es el fruto de gigantesco corrimiento de tierras hacia los Llanos de Aridane, que afectó hace unos 700.000 años a un edificio de casi 3.000 m de altura. Posteriormente, con las erupciones que originarion el estratovolcán del Bejenado, la isla volvió a ganar altura y se rellenó parte de la cuenca, pero la erosión subsiguiente fue desmantelando el nuevo estratovolván, ensanchando la Caldera en un proceso que continúa en nuestros días. El ecosistema dominante en la Caldera es el pinar, pero en las cumbres hay también óptimas manifestaciones de comunidades de alta montaña, dominadas por matorrales más o menos xerofíticos. La abundancia de manantiales y cursos de agua influye para que en el lecho del parque aparezcan importantes saucedas, posiblemente las mejores de Canarias, Las comunidades acuícolas están bien representadas con importantes componentes entre la fauna invertebrada, y valiosas muestras, donde se pueden encontrar multitud de especies endémicas como el esplendoroso bejeque noble (Aeonium nobile), el turgayte (Senecio palmensis), el corazoncillo (Lotus hillebrandii) o varios taginaste del género Echium. Más hacia la confluencia de Dos Aguas se localiza una forma exlusiva de la zona central de La Palma, como es una variedad de cardoncillo (Ceropegia hians var. striata). en las cumbres hay importantes poblaciones del amenazado retamón de cumbres (Genista benahoavensis), que está siendo objeto de estudios experimentales para su recuperación en las inmediaciones del roque de los Muchachos, y de la emblemática violeta de las cumbres (Viola palmensis). La avifauna del parque se compone de especies comunes del pinar como herrerillos, pinzones, mosquiteros, etc. Es de destacar las poblaciones de gavilanes y grajas, está últimas por restringirse en Canarias a la isla de La Palma. Entre los vertebrados es de señalar la presencia de varias especies de murciélagos (montañero, rabudo, y de Madeira), y la de arruis (Ammotragus lervia) -un bóvido emparentado con cabras y ovejas, introducido en 1972 en la isla-. Se desconoce el tamaño exacto de la población de arruis, pero sí se sabe de la dificultad de erradicación de esta especie dada su gran adaptación a la orografía del lugar. Teniendo en cuenta que su dieta incluye varias especies endémicas de la flora palmera, su presencia supone un peligro constante para la conservación de parte del patrimonio natural de la isla. Tradicionalmente, el agua ha sido un recurso importante en la Caldera. Los manantiales que afloran en la línea de contacto del complejo basal y los basaltos que se asientan sobre él, producen hasta 200 litros por segundo. Toda esta agua se canaliza de forma natural a través de los cauces del barranco de Taburiente y el de Almendro Amargo -aprovechando para ello el carácter impermeable del complejo basal- para unirsse en Dos Aguas, justo en el límite del parque nacional, donde la mayor parte es recogida en acequias que evacúan el líquido por el barranco de las Angustias. Casi las únicas edificaciones dentro del parque son las de las casas de Taburiente, donde se cultiva tabado, cereales, viñas, etc. La historia de este caserio se remonta a los tiempos en que la caldera se dividía en cuatro fincas -Capellán, Taburiente, Tenerra y Carbón-, y se practicaba una agricultura y ganadería mucho más intensa que la acutal. Dentro del parque, en una zona conocida como el Espigón del Horno, existió hasta hace unas décadas un horno de cal de gran producción. Uno de sus últimos cargamentos sirvió precisamente para blanquear la iglesia de Tijarafe. En su inmediaciones se han encontrado moldes de vegetales y otros animales que quedaron aprisionados entre aguas calcificadas.
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Garajonay Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat), Zonas de Especial Proteccion para las Aves (Directiva Aves)
(Categoría UICN: No aplica)
Localización Geográfica. El Parque Nacional de Garajonay se encuentra ubicado en la zona central de La Gomera. Tiene una extensión aproximada de 4.000 ha, que representan casi un 11% de la superficie total de la isla, la altura máxima se localiza en el Alto de Garajonay con 1.487 m. Climatología. Las condiciones climáticas reinantes en el P.N. de Garajonay dependen de la presencia, espesor y altura de la base de los estratocúmulos, estos varían según la estación del año. Durante los meses de verano tanto el grosor como altura presentan sus valores mínimos 100 y 800 m respectivamente, alcanzando en el invierno los máximos (400 de espesor y 1.000 de altura). Dada la altitud de la isla, el mar de nubes que se forma como consecuencia de los vientos alisios del NE afecta directamente al Parque Nacional, originando que la humedad del aire sea elevada, con valores de hasta el 90%. Las temperaturas diurnas oscilan ligeramente y la insolación y evaporación inciden en pequeña magnitud sobre el suelo y la vegetación. En los meses de verano, cuando el archipiélago ocasionalmente se ve afectado por vientos saharianos, las condiciones climáticas varían sensiblemente, no superando la humedad el 40%, la temperatura se eleva extraordinariamente y la visibilidad se reduce a consecuencia de la calima. Las temperaturas medias anuales oscilan están entre los 12 y 14 EC, no obstante, fluctúan a lo largo del año, alcanzándose la media de las máximas en los meses de julio a septiembre con valores que van desde 25 EC a 27 EC, y la media de las mínimas oscila entre los 5 y 6 EC que se registran de diciembre a abril. En general, las lluvias en el Parque son abundantes, pero en su mayor parte son en forma de lloviznas, rocío y precipitación de niebla, la precipitaciónes medias anuales están entre los 600 y los 800 mm. Geomorfología. La ausencia de actividad volcánica reciente en la isla de La Gomera, ha determinado que los procesos erosivos hayan tenido una continuidad a lo largo del tiempo, tal hecho ha configurado el paisaje actual de La Gomera, con profundos barrancos en disposición radial cuyas cabeceras culminan casi en la cúpula central. En esta zona con relieve menos acentuado se ubica el Parque Nacional, con una altitud máxima en el Alto de Garajonay (1487 m), los fenómenos erosivos que afectan al resto de la isla se ven aquí dificultados por la presencia del bosque de lauraceas. Desde el punto de vista geológico la mayor parte del Parque se encuentra dentro del área de la Serie horizontal, compuesta fundamentalmente por basaltos, traquibasaltos y rocas sálicas. El parque nacional de Garajonay es el más conocido de los espacios protegidos de La Gomera. Se sitúa en lo alto de la meseta central de la isla, abarcando también la cabecera de multitud de barrancos. Mayormente, se desarrolla sobre basaltos horizontales que en el Plioceno medio rellenaron una antigua caldera en el centro de l isla, cuyas paredes formadas por basaltos antiguos afloran en el sector oriental. Estos materiales están incididos en diferentes lugares por emisiones sálicas posteriores, cuya mejor repersentación está en el roque Cherelepín -de naturaleza fonolítica- y las formaciones de Ojila, La Zarcita y el roque de Agando. Este último es límite entre el parque nacional y la reserva integral de Benchijigua. La naturaleza de Garajonay está dominada por la laurisilva, encontrándose aquí la mejor muestra viviente de dicho bosque relíctico del Terciario. Sin embargo, en el ámbito del parque también aparecen otros hábitats, sobre todo rupícolas, acuícolas y también bosques de coníferas introducidas. Garajonay es en La Gomera un centro de biodiversidad de primer orden, donde los vegetales cuentan con líquenes, musgos (más de 160 especies entre musgos y hepáticas), helechos (27 especies) y multitud de plantas vasculares (más de 400 especies); mientras que los animales son más de 1.600 invertebrados y 38 especies de vertebrados. Muchas de estas especies (varios centenares) son endémicas, algunas exclusivas de Garajonay. Tampoco faltan elementos amenzados como dos especies de helechos: la doradilla (Ceterach aureum) y la helechilla (Trichomanes speciosum), una forma endémica de naranjo salvaje -especie arbórea de laurisilva (Ilex perazo lopezlilloi)-, y medio docena de especies más. Los usos dentro del parque son escasos, posiblemente debido a que éste es en su totalidad de propiedad pública (municipal). En el extrarradio, en la zona delimitada como preparque, sí se localiza una ctividad mayor debido en parte a la presencia de algunos caseríos (El Cedro, Los Aceviños, etc.) y a la práctica de actividades tradicionales. En los límites de Garajonay perduran restos de obras hidraúlicas más o menos antiguas -como viejos molinos de agua-, junto a otras más modernas del tipo de canalizaciones y depósitos de agua. No hay que olvidar que por el barranco del Cedro discurre uno de los mayores caudales de agua de la isla (el segundo en importancia, después de Guadá en Valle Gran Rey). Asociados al uso educativo, recreativo y conservación hay construcciones como el refugio de las Paredes y La Casa del Cedro, de uso excursionista, una caseta de vigilancia en lo alto de Garajonay, las áreas recreativas de Las Cuadernas, Raso de la Bruma, Meriga, Las Creces, Cañada de Jorge y, sobre todo por ser la de mayor importancia, la de la Laguna Grande. En el barranco de Meriga hay un vivero de plantas que sirve de apoyo a las actividades de rescate genético de flora menazada que se desarrollan en el parque.
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Pozo Negro Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat), Zonas de Especial Proteccion para las Aves (Directiva Aves)
(Categoría UICN: No aplica)
Está formado por un campo de lavas recientes de origen explosivo, junto a un cono bien conservado, con afloramiento terrosos más antiguos. La cubierta vegetal es escasa, dominando los líquenes a una vegetación vascular pobre. La fauna cuenta con algunas especies importantes, como la lisneja (chalcides occidentales) y varias especies de aves.
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Garoe Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat), Zonas de Especial Proteccion para las Aves (Directiva Aves)
(Categoría UICN: No aplica)
Garoé se localiza en el sector nororiental de El Hierro y está constituida por un conjunto de cadenas montañosas poco elavadas rodeadas de llanos. Su orientación norte-noroeste favorece que reciba las precipitaciones medias más altas de la isla. La vegetación predominante es el pastizal con bosquetes de Myrica faya y Erica arborea. Los reptiles están representados por Gallotia galloti, Tarentola boettgeri y Chalcides virinanus. Entre los mamíferos destaca el murciélago Tadarida teniotis. El área protegida comprende una muestra peculiar del paisaje agropecuario de la meseta de Nisdafe (pastos separados por muros de piedra) y una zona montañosa de lomas suaves, en las inmediaciones de Ventejís. Este estratovolcán destaca con sus 1.137 m como la cota máxima de todo el área. Sus laderas se presentan tan peladas y con restos escasos de vegetación, salvo a barlovento donde pervive un fayal-brezal ralo, resto de la laurisilva que pobló toda la zona en el pasado. Fue en el siglo XVII cuando se llevaron a cabo las mayores roturaciones, contribuyendo a configurar el carácter agrario de la zona, con mayor desarrollo de las actividades e pastoriles en al actualidad. En los llanos sobre San Andrés predominan los pastos y eriales salpicados de pequeños conos y reductos forestales de pinos canarios (Pinus canariensis), insignes (P. radiata) y eucaliptos (Eucalyptus camldulensis). Justo al oeste del espacio, en la ladera norte de la montaña de La Torre, hay una cantera de extracción de áridos a la cual se puede llegar por varias de las numerosas pistas que surcan el área. Esta zona posee un gran valor cultural debido al carácter mágico y de refugio de divinidades que tenian las montañas para los bimbaches o aborígenes de la isla. En ella se encontraba emplazado el famoso Garoé, que abastecía de agua a la población, según narran las crónicas posteriores a la conquista.
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Los Organos Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
Se trata de un acantilado costero situado en el norte de la isla de La Gomera, afectado por los alisios húmedos del NE, lo que determina un clima templado, suavizado por el mar, y con precipitaciones escasas. Está constituido por una serie de pequeños barrancos poco profundos que desembocan en la formación acantilada de Los Órganos, pitón fonolítico parcialmente desmantelado por la erosión marina. Incluye los terrenos más antiguos de la isla, correspondientes a series submarinas y rocas plutónicas de unos 20 millones de años de antiguedad. La vegetación está representada por comunidades típicamente costeras, con plantas de apetencias halófilas como la lechuga de mar (Astydamia latifolia), junto a plantas halorresistentes como Euphorbia aphylla, E. balsamifera, Schizogyne sericea, Plocama pendula, y endemismos poco comunes como Cheirolophus ghomerytus y Limonium brassicifolium. En las cotas más elelvadas aparecen formaciones de sabinas (Juniperus turbinata) , acompañadas de especies como Aeonium subplanum, Brachypodium arbuscula, Carlina salicifolia, etc. La fauna está representada básicamente por las aves, siendo especialmente destacable la presencia de varias parejas de charrán común (Sterna hirundo), constituyendo el enclave más importante de la isla, así como un nido, esporádicamente utilizado, de águila pescadora (Pandion haliaetus). Tabién hay que destacar la presencia de dos reptiles: el lagarto Gallotia galloti gomerae y el gekónido Tarentola gomerensis. Este espacio ocupa un sector de la coste norte de La Gomera, formado por materiales muy antiguos perteneciente al complejo basal del archipiélago. Se trata de rocas plutónicas y materiales emitidos baho el nivel del mar, que se encuentran intruidos por numerosos diques. Como resultado de esta gran antigüedad, la erosión ha provocado un importante desmantelamiento del relieve que, por otra parte, ha sido la cuasa del afloramiento en el acantilado costero espectacular pitón, de perfecta disjunción columnar de Los Órganos. Esta manifestación sálica (traquítica) atravesó el complejo basal, aunque aún conserva restos de dichos materiales en su parte superior. En el biota marino resulta destacable la presencia en un lugar concreto de la costa de un nido de águila pescadora, que es utilizado esporádicamente por dicha especie, y la existencia de varias parejas de charranes (Sterna hirundo). Los terrenos sobre el acantilado costero se componen de bancales y pastizales, entre los que hay algunas sabinas y plantaciones de pino carrasco. Esta zona es muy poco vistada por lo que apenas registra usos destacados, a no ser la activiad ganadera. Cerca de su límite sur, próximo al área protegida, se encuentra el caserío de Chigueré, de economía marginal y tradicionalmente ganadera.
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Tamadaba Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
Amplio Espacio Natural situado en el Noroeste de la isla de Gran Canaria, que abarca el macizo formado por las montañas de Tirma, Altavista y Tamadaba, asi como una franja costera. La zona se caracteriza por inviernos fríos, en relacion con las temperaturas medis de Canarias, y veranos secos y soleados, el total pluviométrico está en torno a los 700 mm. El Macizo de Tamadaba se formó por acumulaciones del primer ciclo eruptivo de la isla, se trata de basaltos antiguos, miocénicos, cubiertos por materiales del complejo traquisienítico. El espcio posee una enorme riqueza florística destacando las formaciones de pinar húmedo y la vegetación rupicola. En el área de pinar (Pinus canariensis), aparecen matorrales en los que podemos encontar Cistus simphytifolius, Asphodelus microcarpus, Lotus spartioides, Micromeria pineolens, Ixoplexis isabelliana, etc. El parque ocupa un amplio sector del noroeste de la isla, que por sus características constituye un macizo aislado formado por materiales antiguos profusamente atravesados por una densa malla de diques. El macizo está formado por la montañas de Tirma, Altavista y Tamadaba. En la costa la erosión ha labrado grandes acantilados como el del Andén Verde, uno de los mayores de la isla, y peculiares formaciones como el Dedo de Dios. También incluye zonas más modernas, como punta de Arenas, donde hay interesantes depósitos dunares cuaternarios, de carácter relíctico. Las zonas más altas al norte del parque natural, sobre los 1.000 m, están ocupadas por un magnífico pinar que se extiende por todo el macizo de Tamadaba y parte de Altavista, hasta los acantilados de Guayedra y Faneque. Sus cotas inferiores están definidas por abigarrados jarales que evidencia el antiguo límite del pinar. En las zonas medias y bajas abundan los cardones, que más cerca de la costas ceden dominancia a las tabaibas (Euphorbia balsamifera) y las toldas (Eurphorbia aphylla). En algunos sectores concretos cerca de Guayedra hay también almácigos (Pistacia atlantica) y otras formaciones propias de bosques termófilos, y en el cauce de los barrancos perviven bosquetes de palmeras (Phoenix canariensis) y tarajales (Tamarix canariensis). Aquí se encuentra también el cedro canario (Juniperus cedrus), siendo uno de los pocos lugares de la isla donde se conoce. La flora rupícola presenta en este espacio una excelente representación con abundantes endemismos, sobre todo en los riscos de Guayedra y los acantilados del Andén Verde donde se refugia una docena de endemismos locales. Entre las muchas especies de la flora amenazada que se conocen de este lugar destacan varias exclusivas de Gran Canaria y que se consideran en peligro, dadas sus reparticiones en zonas muy concretas, como la magarza (Argyranthemum lidii) cerca del Andén Verde, la lengua de pájaro (Globularia ascanii bystropogophyllum) en los riscos del Pinar, o la hija de don Enrique (Sventenia bupleroides), en Guayedra y Faneque, entre otras. En el pinar de Tambada sobresalen dos especies de aves endémicas de gran relevancia, el pinzón azul de Gran Canaria (Fringilla teydea polatzeki) y el picapinos (Dendrocopos major thanneri), que tienen aquí poblaciones en buen estado de conservación. Dentro de este espacio se ubica la población de El Risco, en torno al cual se concentran terrenos agrícolas donde se cultivan plátanos, tomates y aguacates. Puntualmente hay también cultivos de frutales cerca de Tirma y bajo El Saucillo. Quizá el uso más intenso que ha sufrido esta comarca es el de la ganadería, que todavía persiste, a pesar de haberse reducido considerablemente. Todo el parque está atravesado en su parte occidental por la carretera de San Nicolás-Agaete.
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Juncalillo del Sur Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat), Zonas de Especial Proteccion para las Aves (Directiva Aves)
(Categoría UICN: No aplica)
1.1. Localización geográfica. Delimitación. Espacio situado al sureste de la isla de Gran Canaria en el término municipal de San Bartolomé de Tirajana, que incluye la franja costera comprendida entre la localidad de Castillo del Romeral al norte y la playa de Tarajalillo al sur, y los llanos aledaños que se extienden al oeste hasta limitar con la comarcal 812. 1.2. Climatología. Valores climáticos. Juncalillo del Sur se caracteriza por su clima árido y por los fuertes vientos dominantes de componente noreste, cuya intensidad aumenta durante los meses estivales. Con relativa periodicidad se producen invasiones de masas de aire cálido procedentes del continente africano y cargadas de polvo en suspensión, que generalmente están acompañadas por fuertes vientos de componente este o sureste. Este fenómeno condiciona el aumento de la aridez del lugar al disminuir considerablemente la humedad ambiental. Generalmente la humedad relativa es elevada, siendo la temperatura media anual de 201 C y las precipitaciones escasas durante la mayor parte del año. 1.3. Geomorfología. Area formada por una amplia llanura de sedimentos aluviales que corresponde a la antigua zona deltaica de los barrancos de Juan Grande y Hondo. El litoral está dominado por un cinturón de cantos rodados tras el cual existen pequeñas cuencas endorreicas sujetas a encharcamientos temporales, provocados por intrusiones marinas y aguas de escorrentías. Pequeño sector costero de la llanura aluvial cuaternaria que se extiende en el suroeste de Gran Canaria, recubierta por materiales recientes depositados por los barrancos de Juan Grande, Tirajana y Balos. En la costa abundan las charcas naturales producto de las variaciones de marea y acúmulos de salinas, hoy fuera de explotación. La vegetación es la representativa de la costa oriental de Gran Canaria, con especies como la brusquilla (Suadea vermiculata), la uvilla de mar (Zygophyllun fontanesii), el saladillo (Atriplex glauca), etc. También están presentes algunas palmeras (Phoenix canariensis), bosquetes de tarajales (Tamarix canariensis) y el raro chaparro (Convolvulus caput-medusae). Tanto las charcas naturales como las salinas son frecuentadas por aves limícolas y migradoras, que encuentran su hábitat ideal en una gran plataforma litoral donde abundan el alimento y la tranquilidad. Se trata de un enclave único de observación de aves marinas, sobre todo las salinas y el sector inmediatamente al norte de éstas. La proximidad del barrio de Castillo del Romeral y de la red de carreteras en esta zona de la isla determinan que los usos que afectan a este espacio sean variados e importantes: maniobras militares, vertidos incontrolados de escombros, sobrepastoreo, bañistas, etc. En el mismo centro de este espacio se localiza la fábrica conservera de tomates Intercasa, cuyos vertidos de aguas residuales constituyen un impacto negativo adicional al medio.
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Macizo de Tauro Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat), Zonas de Especial Proteccion para las Aves (Directiva Aves)
(Categoría UICN: No aplica)
1. Medio Físico. 1.1. Localización geográfica. Macizo montañoso situado en el sector suroccidental de la isla de Gran Canaria, entre los barrancos de Arguineguín al este y de Mogán al oeste. Incluido en el término municipal de Mogán, recorre paralelamente a la comarcal 810 una longitud de unos 8 kms., que van desde el Lomo de Cuevas Caidas al sur, a la cara norte de la Montaña de Tauro, distando escasamente 1 km. de la localidad de Mogán. 1.2. Climatología. Valores climáticos. Su situación geográfica va a determinar un clima árido con una fuerte insolación y un ambiente generalmente seco. El régimen de precipitaciones no supera los 200 mm anuales, aunque durante los meses otoñales e invernales la zona se ve afectada por lluvias de cáracter torrencial asociadas mayormente a borrascas del suroeste con fuertes vientos de la misma componente, pudiéndose recoger en un solo día el valor medio interanual. 1.3. Geomorfología. Triángulo montañoso de materiales del primer ciclo volcánico de la isla, en su mayoría ignimbritas y coladas sálicas. Al norte del espacio aparecen aglomerados volcánicos del segundo ciclo ("Roque Nublo"). La vertiente que cae sobre el barranco de Mogán se caracteriza por las fuertes pendientes, mientras que las vertientes que dan al este, sobre el barranco de Arguineguín, son más suaves. En la base de los escarpes se pueden observar glacis coluviales incididos por los barrancos actuales. Los barrancos son muy encajados y con interfluvios a modo de trapps, constituidos por fonolitas. Al norte del espacio se localiza la Montaña de Tauro, formada por una estructura en la que los materiales se han apilado de forma horizontal, y han dado lugar a la formación de andenes debido a las distintas durezas de los materiales y la fuerte erosión. Este monumento es una voluminosa estructura, en las cumbres de un macizo de mayores dimensiones, formada por apilamientos de coladas del primer ciclo volcánico. Su máxima altura es la montaña de Tauro (1.226 m). Está flanqueado por los grandes barrancos de Arguineguín y de Mogán, que reafirman su unidad estructural. A ambos lados del macizo parten barranquillos de menor importancia y recorrido, que dejan entre sí crestas a veces muy afiladas. Los materiales de esta zona pertenecen a la serie antigua de Gran Canaria, mostrándose intensamente erosionados debido a la ausencia de manifestaciones eruptivas posteriores. En las inmediaciones de la montaña de Tauro se asienta un pinar abierto de repoblación rodeado por matorrales de sustitución con jaras (Cistus monspeliensis), leña santa (Neochamaelea pulverulenta), etc., mientras que el resto del espacio está ocupado por tabaibas y cardones. El monumento está travesado por varios senderos, así como por algunas canalizaciones de agua. Cerca del límite noreste, aunque fuera del espacio, se ubica Barranquillo Andrés, un núcleo de menos de 20 habitatnes dedicado preferentemente a las actividades agrícolas tradicionales.
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Parque Nacional de Timanfaya Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat), Zonas de Especial Proteccion para las Aves (Directiva Aves)
(Categoría UICN: No aplica)
Timanfaya es una de las mejores muestras de hábitats volcánico apenas colonizados por la vegetación, habitado por especies que viven a expensas de la materia orgánica transportada por el viento. Se trata de un hábitat donde la presencia humana ha sido prácticamente nula constituyendo un auténtico laboratorio de investigación para procesos de colonización biológica. En él abundan variados elementos de interes científico, geológico y geomorfológicos de gran singularidad como hornitos, cuevas, malpaíses, etc. y belleza paisajística. El parque nacional ocupa aproximadamente un 28% de los 172 Km2 que tiene la superficie de las lavas emitidas furante los seis años que duró la actividad volcánica de Timanfaya. Además de estos 48 Km2 de lavas recientes, el parque comprende unos 3 Km2 de materiales antiguos que constituyen "islotes" en un mar de lava de grandes proporciones. Estos islotes pueden ser muy antiguos, como caldera Bermeja, los Miraderos, islote de Hilario o islote de Halcones, entre otros, que pertenecen a la serie III; o pueden ser más modernos, como el islote de Mojón, la montaña de Juan Perdomo, la montaña de Pedro Perico, etc., que pertencen a la serie IV. A pesar de los años transcurridos desde la última erupción, todavía se registra cierta actividad geotérmica en al menos dos puntos del parque, el islote Hilario y la casa de los Camelleros. Al parecer, estas anomalías provienen de una cámara magmática residual situada a 2-3 Km de profundidad, que hace posible temperaturas de más de 600ºC a 13 m de profundidad, y de 100ºC a tan sólo unos centímetros de la superficie. La superficie de Timanfaya está ocupada mayormente por coladas tipo malpaís, pero también hay una importante proporción de lavas cordadas. Los depósitos de piroclastos (picón) son escasos y limitados a algunos conos. Abundan los hornitos, sobre todo en la zona este del parque donde se localizaron los puntos de emisión de lava -como el Manto de la Virgen, el hornito más significativo de todos-. Bajo las lavas se desarrolla un complejo sistema de tubos volcánicos de dimensiones no conocidas con exactitud. Se han explorado varios kilómetros de cuevas y aún hay tramos que con certeza jamás han sido pisados por el hombre. La vida de Timanfaya está dominada por los líquenes (unas 150 especies) y por los invertebrados (unas 120 especies). El líquen más abundante, hasta el punto de que llega a caracterizar el paisaje en gran parte de las lavas es Sterocaulon vesuvianum, un primocolonizador notablemente asentado en Canarias. Del total de invertebrados, 25 especies son habitantes propios del hábitat de lavas recientes y 9 viven en el medio cavernícola. La floravascular incluye unas 177 especies, pero la mayoría circunscritas a los islotes, cuya mayor antigüedad ha posibilitado una colonización más avanzada. La avifauna se distribuye sobre todo por la costa, e incluye 17 especies nidificantes, lo cual representa la mitad de la avifauna de Lanzarote. Son particularmente abundantes las pardelas cenicientas (Calonectris doimedea), el petrel de Bulwer (Bulweria bulwerii) y la paloma bravía (Columba livia). En Timanfaya nidifica una de las dos parejas conocidas de guirre (Neophron percnopterus) de la isla. Un 95% de la superficie de Timanfaya está considerada en su plan rector de uso y gestión como zona de reserva, por lo que apenas soporta uso alguno. Éste concentra en las zonas de uso moderado y especial, sobre todo en la entrada del parque, en los Camelleros y en el islote de Hilario. En este último lugar hay un restaurante y es el punto de partida y llegada de un circuito que se hace por una estrecha carretera asfaltada que recorre los volcanes de Timanfaya y su entorno. El parque recibe más de medio millón de visitantes al año, y es uno de los principales atractivos de la isla. Semejante afluencia comienza ya a causar problemas de conservación en las tres zonas de uso especial mencionadas, sobre todo en la de Hilario, donde las reducidas dimensiones no dan cabida para la gran cantidad de coches que acceden al lugar. Se debate la conveniencia de trasladar dicho aparcamiento fuera del parque, lo cual sin duda repercutiría favorablemente en su conservación.
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Barranco Oscuro Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
La reserva delimita un tramo de unos 2 Km de longitud del barranco Oscuro, justo antes de su desembocadura en el barranco de la Virgen-Azuaje. está encajado en materiales pertenecientes a la serie basáltica II. En sus laderas más húmedas persisten restos de laurisilva que antaño cubría una superficie muy extensa en el noreste de Gran Canaria, y que hoy sobrevive puntualmente en contadas localidades. También hay buenas muestras de fayal-brezal y algunos restos de bosques en galerías, representados sobre todo por saucedas. Los restos de laurisilva se distribuyen en el barranco de dos manchones separados entre sí por un centenar de metros. En esta zona intermedia y tanto en el cauce como en las partes más altas de las laderas, hay cultivos de huerta y pequeñas edificaciones dispersas de poca importancia. la flora de este reducto es muy rica, con elementos muy raros y amenazados tales como el chagorro (Sideritis discolor), la cresta de gallo (Isoplexis chalcantha) o la margarita (Argyranthemum adauctum jaciobaeifolium), que son endemismos locales. La flora arbórea de este lugar es propia de laurisilva, pero con algunos componentes que no se corresponden con dicha comunidad natural. Así aparecen poblaciones de álamos (Populus alba), cañas (Arundo donax), castaños (Castanea sativa), etc.
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El Brezal Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
La unidad delimitada comprende un área montana en las medianías del norte de la isla, enclavada en una zona de materiales de la serie II. La vegetación actual es un fayal-berezal en buen estado de conservación , testigo último de un extenso bosque que en otro tiempo cubría toda la zona entre el Palmital y la montaña de Galdar. Entre los elementos arborescentes hay algún acebuche (Olea europaea) y lentiscos (Pistacia lentiscus), y el estrato arbustivo es muy abundante el granadillo (Hypericum canariense). En la actualidad, el fayal-brezal está rodeado de cultivos que impiden su expansión, por lo que constituye una mancha de monte restringida y limitada, aunque con una alta capacidad regenerativa. En este espacio concurre una fauna ornítica diversa y propia de monteverde, junto a su correspondiente biocenosis de invertebrados. Cerca de su límite noroeste se encuentra la presa de Mondragones, un reservorio de agua que suele ser visitado por aves migradoras. Hay usos agrícolas dispersos sobre todo en la zona marginal, y en lugares concretos se detectan vertidos incontrolados de basuras y acúmulo de escombros. Toda la unidad está atravesada por la carretera de Moya-Guía, por lo que soporta un tránsito elevado de personas. Aunque no hay asentamientos humanos dentro del espacio protegido, sí en sus alrededores, con la consiguiente presión de uso que ello implica (roturación para su transformacoón en campos de cultivo, etc).
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Azuaje Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
Sector de unos 5 Km de barranco, abierto a l norte y profundamente excavado en materiales basálticos recientes de la serie II. Presenta un alto grado de encajamiento con importantes acúmulos de aluviones que han sido nuevamente incididos por el cauce actual. Esto determina la existencia de laderas fuertemente inclinadas con escarpes de hasta 200 m de altura. Por el barranco discurre un curso de agua permanente de pequeño caudal, que forma un hábitat natural acuático poblado por especies dulceacuícolas típicas. la vegetación, muy transformada y abierta, se consituye básicamente por especies rupícolas y de fayal-brezal, junto a algunas de laurisilva (Dracunculus, Isoplexis, etc.) o especies como la rejaldadera (Solanum palmensis), que tienen aquí las únicas poblaciones conocidas en toda la isla. Se trata de un reducto de vegetación donde están representadas diversas facies regresivas de casi desaparecido monteverde que cubría el noreste de la isla. En la parte norte del barranco, en si ladera derecha, hay pequeños bancales que atestiguan un uso agrícola poco intenso. Por lo demás, no se conocen mayores aprovechamientos, a no ser el de las aguas que circulan por el cauce. Los nacientes son visitados con frecuencia, y ello se asocia también a actividades más o menos recreativas. En el interior del barranco hay ruinas de un antiguo hotel-balneario, hoy abandonado, y una fuente pública donde acude gran número de personas a provisionarse de agua.
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Los Tilos de Moya Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
Tramo de unos 2 Km del barranco de los Tilos, donde se localiza una buena muestra de laurisilva. Se trata de un barranco estrecho encajado en materiales de la serie II de Gran Canaria, por donde antiguamente circulaba un importante caudal de agua. La vegetación de monteverde se distribuye por el lecho y las laderas, y se constituye de formas arbóreas entremezcladas con especies herbáceas propias del sotobosque. En el mismo cauce hay plantas ligadas a ambientes acuáticos (cañas, etc) y en algunos lugares de la reserva -sobre todo en las laderas- hay especies introducidas, a veces extendiéndose por amplias superficies como las tuneras (Opuntia). El área protegida como reserva está atravesada de norte a sur por una estrecha carretera asfaltada que discrurre por el lecho del barranco y lleva hasta Fontanales. En la actualidad la mayor parte del espacio está gestionado por el Cabildo de la isla, contando para ello con varias instalaciones en su entrada norte, y se ha prohibido el acceso a las zonas naturales a ambos lados de la carretera, al tiempo que se desarrolla un programa específico de restauración de la laurisilva.
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Los Marteles Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
Área de montaña, limitada principalmente en su parte sur, por grandes escarpes, donde se asientan comunidades propias de hábitats rupícolas. Son particularmente interesantes por su riqueza en endemismos las que bordean San Bartolomé (risco Blanco), el Rincón de Tenteniguada, el Paso de la Plata y Temisas, ademas de las vertientes abruptas de las zonas altas de los barrancos de Guayadeque y los Cernícalos. Aunque la mayor parte de los materiales de esta zona pertenecen a serie antiguas, también hay manifestaciones volcánicas recientes como La Calderilla y la caldera de los Marteles (serie IV). En las cotas altas de la zona y en el centro de la reserva hay pinares de repoblación que alcanzan incluso lo alto de los escarpes del Paso de la Plata al suroeste del espacio, y que se distribuyen en mosaico por la mitad norte. Igualmente resultan destacables las magníficas poblaciones de acebuches y saucedas en la parte alta del barranco de los Cernícalos, posiblemente las mejores de la isla. Las cumbres desprovistas de pinar están ocupadas por matorrales de sustitución constituidos por tabaibas (Euphorbia obtusifolia), retamas de cumbre (Teline microphylla) y escobones (Chamaecytisus proliferus), principalmente. La flora de escarpes es particularmente rica en endemismos como el abundante pastel de risco (Greenovia aurea) o una de las pocas orquídeas de las islas (Orchis patens canariensis); algunos están muy amenazados como la bencomia (Bencomia brachystachya) o la mata de risco (Globularia sarcophylla). También hay especies, como es el caso del tomatero silvestre (Solanum lidii), que sólo se encuentran en puntos concretos del interior de la reserva. En los escarpes que bordean San Bartolomé se sabe que llegaron a nidificar halcones (Falco spp.), que están protegidos por abundante normativa nacional e internacional. La reserva está atravesada por la carretera que une Telde con Tejeda, por lo que registra una afluencia de visitantes de paso importante. Por lo demás, el uso recreativo o educativo es escaso, a no ser en La Calderilla donde todos los años se organizan campamentos juveniles. Aunque hay algunos asentamientos humanos, los más importantes se disponen en la periferia, fuera del espacio protegido, persistiendo dentro tan sólo algunas casas aisladas que suelen ser construcciones abandonadas o cuartos-refugio de cazadores. La agricultura, constituida por cultivos tradicionales de secano, se concentra en contados lugares y tiende a desaparecer. Más significación tienen los frutales que aparecen en zonas marginales y son recolectados de forma esporádica, cuando no están totalmente abandonados. El pastoreo es también una actividad en franco retroceso.
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