Hystrix cristata Linnaeus, 1758 Nombre:

Puercoespin

Ámbito:

Terrestre

    Origen:

Nativa

    Identificador:

11100

Se distribuye desde el oeste de África, en el río Congo, hasta las costas del Mediterráneo, a través de Marruecos, norte de Argelia, Túnez y Libia. En Europa ocupa áreas en casi la totalidad de Italia, Albania y norte de Grecia; también está presente en la isla de Sicilia. En Melilla, se ha observado individuos en las proximidades del monte Gurugú y en la cabecera del Barranco del Río Nano, cerca de la frontera con Marruecos. En Ceuta, se ha detectado en la cuenca del Arroyo de Calamocarro y en los alrededores del embalse del Renegado y del Infierno.

Las hembras suelen alcanzar la madurez sexual entre los 9 y 16 meses, y los machos entre los 8 y 18 meses. El celo tiene lugar de marzo a diciembre. Tras 112 días de gestación, las hembras suelen parir una o dos crías, pudiendo llegar a cuatro. Esta especie suele alcanzar los 15 años de vida en la naturaleza.

Ocupa hábitats con elevada cobertura de matorral, en las cercanías de cauces de arroyos con cierta continuidad de caudal. En zonas cercanas de Marruecos, parece ser frecuente en prados sobre sustrato calizo. En de Ceuta aparece entre los 50 y 700 m de altitud.

Es vegetariano y busca su alimento hozando el suelo. Consume básicamente bulbos, rizomas, tubérculos, cortezas, frutas caídas y otros vegetales cultivados. También consume insectos, pequeños vertebrados y, ocasionalmente, carroña.

Las principales amenazas son la pérdida de hábitat y los atropellos en carretera. Los perros de caza también son una amenaza comprobada en Ceuta y Melilla. Se incluye dentro de las amenazas para esta especie la valla de impermeabilización fronteriza con Marruecos, tanto en Ceuta como en Melilla, por las potenciales consecuencias negativas que el aislamiento podría ocasionar sobre las subpoblaciones encerradas en ambos territorios.

Es una especie nocturna y de hábitos discretos. Cuando se ve amenazada o en peligro, se enrolla parcialmente, sacude las púas y hace vibrar la cola, lo que produce un característico sonido (matraqueo), saltando y gruñendo a la vez. Vive en solitario y se resguarda en agujeros naturales o madrigueras excavadas, algunas de las cuales alcanzan hasta 18 metros de longitud, y situadas a metro y medio de profundidad. Estas guaridas suelen tener tres salidas de escape.

La carne de puercoespín, al igual que la de los erizos, era apreciada por el hombre. Por este motivo eran consumidos de forma ocasional en el pasado. En la actualidad, esta especie no afecta a los intereses humanos.