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Aves Terrestre Nativa

Perdix perdix subsp. hispaniensis Nombre:
Perdiz pardilla
Ámbito:
Terrestre
    Origen:
Nativa
    Identificador:
24333

Grupo Taxonómico

Aves

Estado legal y de conservación

Estado (): 

Estado (): 

Idioma Nombre
Castellano Perdiz pardilla
Atributo Descripcion Fuente
Distribución

Mundial Región euroasiática, desde el norte de la península Ibérica hasta Siberia central y noroeste de China, alcanzando por el norte hasta los países escandinavos y por el sur, Asia menor y el área mediterránea en Italia, Grecia y los Balcanes (Cramp, 1980). Además se han realizado una serie de repoblaciones en el siglo XX en distintas partes de Europa y en América del Norte que han propiciado su reciente establecimiento silvestre en este continente (Potts, 1986). Su distribución está condicionada por factores climáticos, seleccionando en general zonas con temperaturas medias inferiores a los 21 en los meses más calurosos y precipitaciones medias anuales superiores a los 600-800 m (Birkan & Jacob, 1988). España.

Se reconoce la subespecie P. p. hispaniensis, endémica de los Pirineos, Sistema Ibérico y cordillera Cantábrica (para diferencias con la nominal, véase Lescourret et al., 1987).

Esta perdiz gris ibérica es también conocida como pardilla, perdiu xerra, perdiz serreña, charra o charrela, según zonas. Análisis genéticos recientes han confirmado la singularidad de las “pardas” ibéricas, cuyo aislamiento geográfico debió producirse durante el recalentamiento climático que siguió a la última glaciación hace unos 10.000 años aproximadamente (Blanc et al., 1986; Birkan & Jacob, 1988; C. Novoa, com. pers.). A principios de los años noventa del siglo pasado, la Perdiz Pardilla ocupaba en España un área de unos 13.392 km2, distribuida sobre 386 cuadrículas de 10 10 km de 18 provincias de la cordillera Cantábrica/Macizo Gallego-leonés, Sistema Ibérico septentrional y Pirineos (Lucio et al., 1992).

De este trabajo resultaba que el sector más extenso era el cantábrico (12.453 km2, 64% del área total), que incluía terrenos en siete provincias: León, Asturias, Cantabria, Orense, Zamora, Lugo y Palencia. Un 32% de la ocupación pertenecía al sector pirenaico (6.279 km2) en las provincias de Lérida, Gerona, Barcelona, Huesca y Navarra, que en conjunción con la población pirenaica francesa constituía el mayor núcleo existente de la subespecie hispaniensis (15.495 km2), mientras que el núcleo relicto de menor extensión y entidad numérica se encontraba en el Sistema Ibérico septentrional, ocupando 636 km2 de las provincias de La Rioja, Burgos, Soria y Zaragoza. Finalmente, presencias dispersas aparecen en los montes vascos y norte de Burgos,muchos de ellos fruto de repoblaciones recientes (Lucio et al., 1992; Onrubia et al., 1999).

En la cordillera Cantábrica la Perdiz Pardilla se distribuye de manera más o menos continua desde la sierra de Híjar y Puerto del Pozazal (Cantabria) por el este, hasta la sierra de Caurel por el oeste, estando actualmente separada del núcleo gallego-leonés constituido por las poblaciones de las sierras de Sanabria-Segundera y Cabrera, y las de las sierras del Teleno-Montes Aquilianos. De manera vestigial aparece también en algunas sierras del norte de Burgos y sur de Cantabria (Tesla, Montes de Samo y Valnera), aunque en situación precaria, procedencia y estatus demográfico incierto (Román et al., 1996; Robles et al., 2002). En el Sistema Ibérico septentrional se encuentra un pequeño núcleo poblacional en el macizo de Moncayo, separado del más importante localizado en el eje formado por las cumbres de Demanda, Picos de Urbión, sierra de Castejón y sierra Cebollera (Onrubia et al., 2000; Marco & Gortázar, 2000; Robles et al., 2002).

En la vertiente española de Pirineos la especie se extiende de manera más o menos continua desde la cabecera de los valles de Salazar y Roncal (Navarra) hasta el nacedero del río Muga en Girona, ocupando el eje axial y las sierras prepirenaicas (Lucio et al., 1992; Lorente et al., 1998).

Libro Rojo de las Aves de España. 2004
Hábitat

Un rasgo que muestra la originalidad de las pardillas ibéricas es el hábitat que ocupan: mientras que en el resto de Europa la Perdiz Pardilla es una especie típica de campiñas y terrenos agrícolas (semejantes a los que ocupa aquí la perdiz roja), las pardillas hispánicas son aves relacionadas con landas montanas y subalpinas, situadas por encima de los 1.000-1.300 m de altitud, con óptimos a partir de los 1.500-1.800m(Lucio et al., 1992; Fernández&Azkona, 1997; Junco & Reque, 1998; Onrubia et al., 2000; Robles et al., 2002). No obstante, en verano y otoño tiende a subir en altura, buscando enclaves frescos y húmedos, pastos nuevos y laderas cubiertas de arándanos. En invierno busca laderas soleadas y de gran pendiente o resaltes rocosos que aseguren refugio contra la nieve, siendo habitual que realice trashumancias hacia zonas de menor altitud (Lucio et al., 1992; Novoa, 1998). Por lo general selecciona mosaicos de pastizales y pedreras con buena cobertura de matorral de piornos, brezos, brecinas, aulagas, carqueixas, tojos, gayubas, rododendros, bojes, arándanos, etc., en ocasiones con enebros o pinos dispersos (Novoa, 1998), aunque muestra una clara preferencia por formaciones de matorral de piornos (ej.: Cytisus oromediterraneus, Genista obtusiramea), con buena cobertura (30-80%) y cierto desarrollo del estrato herbáceo ( 30%) (Llamas & Lucio, 1988; Lucio et al., 1992; Lucio et al., 1996; Fernández & Azkona, 1997; Junco & Reque, 1998, Novoa, 1998; Rodríguez, 1999; Onrubia et al., 2000; Robles et al., 2002).

Un aspecto interesante a destacar es que la calidad del hábitat de reproducción se relaciona positivamente con una cobertura del matorral superior al 40% y una altura media de éste de medio metro, es decir, con zonas de monte bajo tupido mezclado con calveros de pasto (Junco & Reque, 1998; Novoa, 1998), siendo importante la combinación de matorral abierto (cobertura 40-60%) y cerrado (60%), lo que permite asegurar un hábitat adecuado de nidificación (matorral cerrado) con buenas posibilidades de desarrollo de los pollos tras la eclosión (matorral abierto) (Novoa, 1998).

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Alimentación

Su dieta se basa en el consumo de hojas, semillas y raíces de distintas herbáceas (gramíneas, leguminosas, compuestas), frutos secos, bayas de arándanos y gayuba, y aporte variable del componente animal (escarabajos, saltamontes y hormigas), con ciertas variaciones estacionales (Lescourret & Catusse, 1987; Novoa, 1998; Moreby et al., 1999). En primavera domina el grano y el brote verde de las herbáceas y el brezo, en verano y otoño cobran importancia los insectos, hojas y bayas carnosas, y en invierno las raíces y la hierba. Los pollos en las dos primeras semanas de vida se alimentan mayoritariamente de insectos y en menor medida de semillas, estando su supervivencia condicionada por la disponibilidad de presas y las condiciones meteorológicas reinantes en esas primeras fases de vida (Potts, 1986).

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Medidas de conservación

Como medidas de conservación propuestas se contemplan las siguientes (ver Lucio et al., 1992; Fernández & Azkona, 1997; Onrubia et al., 2000; Robles et al., 2002): -Programa de manejo de matorrales y pastizales en las zonas de distribución actual o potencial de perdiz pardilla, con especial atención a los principales núcleos poblacionales. -Moratoria de las repoblaciones forestales por encima de los 1.500-1.800mde altitud, restringiendo las actuaciones por encima de esa cota a ciertos manejos del matorral tendentes a favorecer la conservación del suelo y la transición de matorral muy degradado a etapas seriales más avanzadas. -Control de infraestructuras y otras actuaciones a través de una adecuada evaluación de impacto ambiental y planificación de proyectos que puedan suponer una importante fuente de molestias o de alteración del hábitat, con especial atención a parques eólicos, estaciones de esquí, embalses y minicentrales, actividades agroforestales, pistas y actividades recreativas. -Establecimiento de programas de seguimiento poblacional en una muestra representativa de núcleos, mediante métodos "homologados" previamente estandarizados (censo con reclamos grabados o perros de muestra).

-Desarrollo de estudios específicos tendentes a mejorar el conocimiento bioecológico de la especies, con especial atención a las preferencias de hábitat, estadísticas vitales y efectos de las modificaciones y mejoras del hábitat. Mantenimiento de un plantel de ejemplares en cautividad, de pureza genética "hispaniensis" y sanitaria contrastada, como medida precautoria ante la necesidad de realizar reforzamientos o sueltas para recuperar poblaciones. -Veda temporal de la caza de la especie en tanto que sus tendencias distributivas y poblacionales continúen siendo regresivas y no se asegure su viabilidad futura.

-Mantenimiento de una vigilancia adecuada en puntos "negros" de furtivismo.

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Presiones y amenazas

Como principales factores limitantes o amenazas para la especie se han considerado aquellos que afectan directamente a la mortalidad o al vigor de los individuos (caza, predación, colisiones contra cables, contaminación genética y sanitaria por sueltas de ejemplares de granja, circunstancias climáticas) y aquellos relacionados con la destrucción o alteración del hábitat perdicero (desarrollo del matorral, incendios, plantaciones forestales, disminución de la ganadería, desaparición de los cultivos de montaña, sobrepastoreo, minería a cielo abierto, desarrollo de infraestructuras, actividades recreativas) (ver por ejemplo Lucio et al., 1992; Fernández & Azkona, 1997; Novoa, 1998; Junco, 1999; Canut, 2000; Onrubia et al., 2000; Robles et al., 2002; Tompkins et al., 2002). Dentro de los factores de amenaza, cabría destacar aquellos relacionados con el declive de los sistemas tradicionales de aprovechamiento agroganadero en estas áreas de montaña: el despoblamiento rural de estas zonas con el consiguiente abandono de los cultivos en terraza, la recolonización forestal (natural y por repoblaciones), el aumento de los predadores oportunistas (jabalí, zorro), el descenso de la cabaña ganadera extensiva y la consiguiente disminución de la diversidad estructural de los matorrales y los pastizales de puertos y collados, han supuesto una importante modificación de los paisajes montanos y de la extensión y calidad del hábitat perdicero (Lucio et al., 1992, 1996; Novoa, 1998; Junco, 1999), si bien la disminución de superficies de cultivo y pasto y el aumento del matorral podría beneficiarle en cierta manera al favorecer los ambientes más adecuados para la especie (Robles et al., 2002). Teniendo en cuenta que la Perdiz Pardilla encuentra sus óptimos en comunidades seriales de matorral indicadoras de un buen estado de conservación del suelo, caracterizadas típicamente por formaciones de piornal con un estrato herbáceo importante, la degradación generalizada y continua de los suelos por causas diversas (deforestación, sobrepastoreo, incendios, roturaciones, erosión), podría constituir un importante factor de regresión poblacional al incidir sobre la extensión y calidad del hábitat disponible (Robles et al., 2002). Otros factores negativos añadidos son las repoblaciones forestales en áreas de alta montaña, así como la ocupación de valles y cordales por embalses, minas a cielo abierto o toda suerte de infraestructuras (autovías, pistas, estaciones de esquí, parques eólicos, etc.), que han supuesto una importante merma de la superficie de hábitat propicio y facilitado las interacciones con el hombre (Lucio et al., 1992; Fernández & Azkona, 1997; Onrubia et al., 2000).

La mortalidad por predación podría constituir un importante factor regulador de poblaciones, con especial incidencia en invierno (principalmente por aves rapaces) y la época estival (caso del zorro), aspecto que ha quedado bien establecido en los Pirineos orientales (Novoa, 1998), aunque pendiente de confirmación en otras áreas. Por su parte, la sobrecaza podría haber contribuido al declive de la especie, como evidencia su relativa recuperación o estabilidad en algunas zonas donde se han establecido vedas temporales o se ha disminuido la presión de caza y aumentado la vigilancia (Novoa, 1998; Robles et al., 2002). Otros aspectos menos estudiados tienen que ver con la incidencia de ciertos programas de refuerzo poblacional, en ocasiones realizados con perdices de llanura de procedencia centroeuropea, que han derivado en problemas de introgresión genética (caso de Pirineos orientales o Sistema Ibérico) o transmisión de enfermedades y parásitos (Novoa, 1998; C. Novoa com. pers.).

Finalmente, algunos factores relacionados con el clima, podrían tener cierta relevancia para un ave de carácter norteño y alpino, sensible a los ambientes cálidos y secos del clima mediterráneo y a las condiciones invernales rigurosas (Novoa, 1998), aunque este aspecto no ha sido suficientemente contrastado.

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Reproducción

Es una especie monógama en su reproducción, con periodo de celo en estas latitudes hacia el mes de marzo, aunque muy variable según la climatología reinante. Por lo general, a mediados de abril la mayoría de parejas están formadas y afincadas en las áreas de cría, moviéndose entonces por un área inferior a las 50 ha (Novoa, 1998). El nido se instala en el suelo, bien resguardado entre la vegetación, donde la hembra realiza una puesta de unos 14- 16 huevos entre los meses de mayo y junio (Llamas & Lucio, 1988; Novoa, 1998). Tras un periodo de incubación de 23-25 días, protagonizado por la hembra, tiene lugar la eclosión de los huevos, la mayoría coincidente con los calores de finales de julio (Cramp, 1980; Llamas & Lucio, 1988; Novoa, 1998).

A partir de este momento, el grupo familiar permanece unido durante toda la crianza, moviéndose en un área pequeña de una o dos hectáreas en torno al área natal, hasta mediados de octubre aproximadamente, si bien pueden añadirse también al grupo aves que han fracasado en la cría o individuos solitarios (Novoa, 1998). La productividad media es relativamente alta y se ha estimado en unos 3,2 jóvenes por adulto, oscilando entre 1,2 y 5 según años, dependiendo de la climatología y las tasas de predación que sufran (Llamas & Lucio, 1988; Novoa, 1998; Robles et al., 2002).

Libro Rojo de las Aves de España. 2004
  • - Lista patrón de las especies silvestres presentes en España
  • - Informe nacional sobre la aplicación de la Directiva Aves en España 2008-2012.
  • - Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y Catálogo español de especies amenazadas (RD 139/2011)
  • - Directiva 2009/147/CE (Directiva Aves)
  • - Instrumento de ratificación del Convenio relativo a la conservación de la vida silvestre y del medio natural en Europa, hecho en Berna el 19 de septiembre de 1979.
  • - Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad
  • - Catálogo gallego de especies amenazadas
  • - Listado Navarro de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, Catálogo de Especies de Flora Amenazadas de Navarra y Catálogo de Especies de Fauna Amenazadas
  • - Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Cantabria
  • - Informe nacional sobre la aplicación de la Directiva Aves en España 2013-2018.
  • - Planes nacionales y autonómicos de gestión de especies
  • - Listado de Referencia de Especies de Directiva para Natura 2000 Aves España
  • - Plan de recuperación de la Perdiz Pardilla en La Rioja
  • - Planes de Gestión de determinadas especies de la Flora y Fauna Silvestre Catalogadas como Amenazadas en la Comunidad Autónoma de La Rioja
									
Estado legal Catálogos Norma Población
CEEA: En peligro de extinción Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y Catálogo español de especies amenazadas (RD 139/2011) Orden TED/1126/2020, de 20 de noviembre, por la que se modifica el Anexo del Real Decreto 139/2011, de 4 de febrero, para el desarrollo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y del Catálogo Español de Especies Amenazadas, y el Anexo del Real Decreto 630/2013, de 2 de agosto, por el que se regula el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras. BOE 314, de 1 de diciembre de 2020 Sistema ibérico
Anexo I Directiva 2009/147/CE (Directiva Aves) Directiva 2009/147/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 30 de noviembre de 2009, relativa a la conservación de las aves silvestres. DOUE L 20/7 de 26 de enero de 2010 Información sobre las especies incluidas en los Anexos del Convenio de Berna o Convenio relativo a la Conservación de la Vida Silvestre y del Medio Natural en Europa, proveniente de la Base de Datos europea EUNIS sobre especies a fecha de Mayo 2016.
Anexo III Instrumento de ratificación del Convenio relativo a la conservación de la vida silvestre y del medio natural en Europa, hecho en Berna el 19 de septiembre de 1979. Instrumento de ratificación del Convenio relativo a la conservación de la vida silvestre y del medio natural en Europa, hecho en Berna el 19 de septiembre de 1979. BOE 235 de 1 de octubre de 1986 Subespecie ibérica
Anexo IV Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad. BOE 299, de 14 de diciembre de 2007
Vulnerable Catálogo gallego de especies amenazadas Decreto 88/2007 de 19 de abril, por el que se regula el Catálogo gallego de especies amenazadas.
Vulnerable Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Cantabria Decreto 120/2008, de 4 de diciembre por el que se regula el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Cantabria.