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Espacios protegidos

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Nombre Figura de protección Descripción
Sierra de la Cabrera - ZEPA Zonas de Especial Proteccion para las Aves (Directiva Aves)
(Categoría UICN: No aplica)
Espacio ubicado entre las provincias de León y Zamora, de las cuales constituye los límites suroeste y noreste, respectivamente, y que contacta con la provincia de Orense. La red hidrográfica del territorio se sitúa en el límite entre dos cuencas hidrográficas: la del Miño-Sil (río Cabrera) y del Duero (río Eria y río Tera). Predominan las pizarras cámbricas y las cuarcitas armoricanas (Ordovícico inferior), éstas últimas formando las máximas elevaciones. Toda la Sierra de la Cabrera presenta una elevada singularidad geomorfológica como consecuencia de los plegamientos hercinianos y su posterior reajuste alpino, con distintas consecuencias morfológicas según se trate de su sector meridional o septentrional en función de sus distintos materiales. Así en el sector norte, el armazón de la Sierra, a base de pizarras y cuarcitas, provocó que la fisonomía de ésta sea aserrada y dentada, debido también a que la erosión fluvial, motivada por un nivel de base muy bajo (el Miño), erosionase intensamente la vieja penillanura, creando valles en ""U"" con elevada diferencia de cota. El lago de Truchillas y el lago de la Baña son dos ejemplos de lagos glaciares de circo, testigos del glaciarismo que se desarrolló en esta zona durante diferentes fases del Cuaternario. El Lago de Truchillas se ubica en un circo rodeado de un anfiteatro de montañas, con una superficie de 0,04 km. cuadrados y de escaso fondo, se alimenta por algunos neveros de las partes más altas y por el arroyo de la Fuente de la Fermosina. Carece de morrena frontal, consecuencia de la ablación que la ha hecho desaparecer, revistiéndose sus escarpes de grandes bloques de cuarcitas, procedentes del derrumbamiento de sus paredes. Las laderas del valle de acceso (Valle del río Lago) están cubiertas de cantos de cuarcita, que forman el derrubio de las partes más altas de las montañas. Respecto al Lago de la Baña es de destacar la diferencia de nivel, de más de 600 metros, entre las alturas de la penillanura (Peña Trevinca - 2.127 m.) y el Lago (1.380 m). Junto a ello los efectos del glaciarismo cuaternario dejaron aquí su huella: un circo perfecto, las superficies pulimentadas y rocas aborregadas, y sobre todo la gran morrena terminal que envuelve a modo de arco la cuenca del anfiteatro, constituida por grandes losas pizarrosas y bloques angulosos, hasta de 30 m., que presenta un muy buen estado de conservación gracias a que el desagüe del lago se produce subterráneamente por debajo de dicha morrena, siendo casi nulo el efecto de ablación. El Lago es de escasa profundidad y superficie aproximada de 0,075 kilómetros cuadrados, aunque antiguamente debió ocupar todo el fondo del circo, pues éste se encuentra en gran parte cegado por sedimentos que constituyen hoy algunas praderas. Destaca también La Laguna, masa de agua de escasa superficie que está situada aguas abajo del Lago y se alimenta de su desagüe. El paisaje vegetal se encuentra condicionado por las frecuentes quemas para obtener zonas de pasto, lo que da lugar a la dominancia de los matorrales en sus laderas (brezales y piornales), aunque hay buenas representaciones en zonas de umbría y cursos de agua de bosque caducifolio (melojares y algún abedular) y amplias superficies procedentes de repoblación con coníferas, éstas últimas especialmente abundantes en el tercio más oriental del Espacio. Completan este paisaje silíceo, la vegetación anfibia lacustre y las comunidades fontinales de alta montaña, los cauces de agua con sus bosques de ribera (alisedas y saucedas arbustivas) y los pedregales y canchales asociados bien a los bosques o bien a las zonas de gran altitud donde comparten espacio con enebrales rastreros y vegetación quionófila y turbícola.
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Sierra de la Encina de la Lastra Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
La sierra de la Encina de la Lastra es una gran dolomía paleozoica (de naturaleza caliza), aislada en un entorno netamente silíceo, entre las provincias de León y Orense. Se sitúa en el piso mesomediterráneo y apenas sobrepasa los 900 metros altitud. La topografía escarpada del cañón y los cortados calizos atravesados por el río Sil contrastan con la masa de agua del embalse de Peñarrubia situado aguas abajo y las manchas de vegetación acidófila y calcícola. La vegetación dominante son los castañares, encinares y melojares mediterráneos, que junto con la vegetación riparia conforman el estrato arbóreo, apareciendo también madroños (Arbutus unedo) como especie accesoria. Sin embrago, el mayor valor florístico del enclave lo constituyen los escasos afloramientos rocosos de dolomías calcáreas que albergan endemismos de área reducida, algunos de ellos protegidos o amenazados. Se mantienen algunos cultivos marginales en los fondos de valle. Es destacable la presencia de cuevas que acogen una gran importancia para comunidades de quirópteros cavernícolas.
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Montes Aquilanos y Sierra de Teleno Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
El espacio incluye las áreas más elevadas de esta extensa alineación montañosa situada en el suroeste de la provincia, en sentido noroeste-sureste, que incluye parte de los Montes de León (Montes Aquilanos y Sierra del Teleno) y que conforma de la división natural de las comarcas de la Cabrera, la Maragatería y el Bierzo. En él se alcanzan altitudes por encima de los 2000 metros y la morfología se caracteriza por laderas en general poco inclinadas. Geológicamente, el sector se caracteriza por un mayor dominio de los sustratos de naturaleza pizarrosa, con algunas introgresiones de calizas y dolomías paleozoicas, como ocurre en los Montes Aquilanos. Las zonas más altas están cubiertas de pastizales y matorrales, y presentan algunos roquedos de gran entidad y canchales. Según se desciende en altitud, los pastizales y matorrales dominantes en las zonas más elevadas van dejando terreno progresivamente a formaciones arboladas como encinares de Quercus ilex subsp. ballota, robledales marcescentes de Quercus pyrenaica y castañares, siendo estos los bosques autóctonos más reseñables. En las laderas y las zonas bajas se encuentran también extensas forestaciones de coníferas. En los valles (que en algunos casos se sitúan por debajo de los 1.000 metros de altitud) pueden localizarse prados de siega, huertas y algunos cultivos. Se incluyen además varios lugares concretos de interés como el Lago de Carucedo y la turbera de Xan de Llamas. En el Espacio destaca paisajísticamente por su belleza el entorno de Las Médulas, que consiste en una zona arcillosa con barrancos, cantiles y agudos cerros residuales resultado de un modelado derivado de la explotación minera de época romana. Paisajísticamente, el Espacio presenta alteraciones antrópicas derivadas de la recurrencia a lo largo de los años de grandes incendios forestales, junto con diversas actividades de minería (extracción de pizarra y caliza).
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Lago de Sanabria y alrededores - ZEPA Zonas de Especial Proteccion para las Aves (Directiva Aves)
(Categoría UICN: No aplica)
El Espacio se sitúa en el extremo noroccidental de la provincia de Zamora, limitando con Orense y León. Se trata de un territorio de media y alta montaña integrado en el macizo galaico-leonés, formado por rocas ácidas paleozoicas (granitos, gneis, pizarras) intensamente erosionadas. La fisiografía del Espacio se encuentra fuertemente condicionada por la acción erosiva del hielo durante la última glaciación. Así, en las zonas más altas de las sierras Segundera y Cabrera aparecen roquedos, pedrizas y canchales, con un extenso altiplano ondulante situado por encima de los 1.700 metros, en el que se encuentra uno de los conjuntos lacustres de mayor relevancia de la península Ibérica, formado por más de treinta lagunas y turberas coronadas por materiales graníticos de origen glaciar. Esta particular topografía en combinación con las condiciones climatológicas del entorno propicia la aparición y mantenimiento de vaguadas higroturbosas de gran interés ecológico. Gran parte de su superficie del Espacio se encuentra por encima de los 1.500 metros de altitud, contando con algunas cumbres de más de 2.000 metros, entre los que destacan Peña Trevinca y Moncalvo, estando el altiplano cortado por valles profundos que en ocasiones forman barrancos pronunciados, por los que discurren ríos y arroyos, entre los que destacan los cañones de los ríos Tera, Cárdena y Segundera, siendo el cañón del Tera el ejemplo más significativo. Estos valles fueron configurados por el avance de lenguas glaciares que irradiaban desde el casquete glaciar superior y que por erosión formaron al confluir en la zona baja una cubeta, que una vez retirado el hielo se rellenó con agua de los cursos fluviales del entorno formando el Lago de Sanabria, que es el lago natural más extenso de la Península, con una superficie de 318,7 ha y una profundidad máxima de 51 m. Los hábitats presentes en las zonas altas aparecen ligados a las lagunas de montaña, turberas, roquedos, matorrales y pastizales (cervunales y pastizales psicroxerófilos), dando lugar a un complejo mosaico en el que es difícil precisar la dominancia de uno u otro tipo de vegetación, pero donde cualquier alteración sobre uno de ellos repercute en el resto, siendo evidente esta intrincada relación en el caso de los estanques (temporales o no), las turberas, los cervunales y los brezales húmedos, incluso entre los pastos, los matorrales de porte almohadillado y los propios brezales húmedos. Estas formaciones están muy ligadas al uso cultural del fuego y a la ganadería extensiva, constituyendo el matorral el elemento que más extensión ocupa. Donde las condiciones de altitud y la recurrencia de los incendios lo permiten, aparecen también formaciones forestales relícticas como tejedas, acebedas y abedulares. En las zonas por debajo de 1.700 m se desarrollan, cubriendo laderas y fondos de vaguada; extensos bosques de rebollo con diferentes grados de evolución. En estas mismas zonas, en aquellos emplazamientos en los que la incidencia de los incendios forestales o las condiciones del medio no han favorecido la continuidad o el desarrollo de bosque, aparecen escobonales y brezales. El Espacio acoge el nacimiento de una rica red fluvial en la que sus principales cauces (Tera, Truchas y Bibey), muestran interesantes comunidades de nacientes mezcladas en ocasiones con herbazales megaforbios y zonas higroturbosas que se enriquecen según descienden con abedulares, saucedas, e incluso formaciones de ribera de aliso en las zonas más bajas.
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Lago de Sanabria y alrededores Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
El Espacio se sitúa en el extremo noroccidental de la provincia de Zamora, limitando con Orense y León. Se trata de un territorio de media y alta montaña integrado en el macizo galaico-leonés, formado por rocas ácidas paleozoicas (granitos, gneis, pizarras) intensamente erosionadas. La fisiografía del Espacio se encuentra fuertemente condicionada por la acción erosiva del hielo durante la última glaciación. Así, en las zonas más altas de las sierras Segundera y Cabrera aparecen roquedos, pedrizas y canchales, con un extenso altiplano ondulante situado por encima de los 1.700 metros, en el que se encuentra uno de los conjuntos lacustres de mayor relevancia de la península Ibérica, formado por más de treinta lagunas y turberas coronadas por materiales graníticos de origen glaciar. Esta particular topografía en combinación con las condiciones climatológicas del entorno propicia la aparición y mantenimiento de vaguadas higroturbosas de gran interés ecológico. Gran parte de su superficie del Espacio se encuentra por encima de los 1.500 metros de altitud, contando con algunas cumbres de más de 2.000 metros, entre los que destacan Peña Trevinca y Moncalvo, estando el altiplano cortado por valles profundos que en ocasiones forman barrancos pronunciados, por los que discurren ríos y arroyos, entre los que destacan los cañones de los ríos Tera, Cárdena y Segundera, siendo el cañón del Tera el ejemplo más significativo. Estos valles fueron configurados por el avance de lenguas glaciares que irradiaban desde el casquete glaciar superior y que por erosión formaron al confluir en la zona baja una cubeta, que una vez retirado el hielo se rellenó con agua de los cursos fluviales del entorno formando el Lago de Sanabria, que es el lago natural más extenso de la Península, con una superficie de 318,7 ha y una profundidad máxima de 51 m. Los hábitats presentes en las zonas altas aparecen ligados a las lagunas de montaña, turberas, roquedos, matorrales y pastizales (cervunales y pastizales psicroxerófilos), dando lugar a un complejo mosaico en el que es difícil precisar la dominancia de uno u otro tipo de vegetación, pero donde cualquier alteración sobre uno de ellos repercute en el resto, siendo evidente esta intrincada relación en el caso de los estanques (temporales o no), las turberas, los cervunales y los brezales húmedos, incluso entre los pastos, los matorrales de porte almohadillado y los propios brezales húmedos. Estas formaciones están muy ligadas al uso cultural del fuego y a la ganadería extensiva, constituyendo el matorral el elemento que más extensión ocupa. Donde las condiciones de altitud y la recurrencia de los incendios lo permiten, aparecen también formaciones forestales relícticas como tejedas, acebedas y abedulares. En las zonas por debajo de 1.700 m se desarrollan, cubriendo laderas y fondos de vaguada; extensos bosques de rebollo con diferentes grados de evolución. En estas mismas zonas, en aquellos emplazamientos en los que la incidencia de los incendios forestales o las condiciones del medio no han favorecido la continuidad o el desarrollo de bosque, aparecen escobonales y brezales. El Espacio acoge el nacimiento de una rica red fluvial en la que sus principales cauces (Tera, Truchas y Bibey), muestran interesantes comunidades de nacientes mezcladas en ocasiones con herbazales megaforbios y zonas higroturbosas que se enriquecen según descienden con abedulares, saucedas, e incluso formaciones de ribera de aliso en las zonas más bajas.
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Sierra de la Cabrera Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
Espacio ubicado entre las provincias de León y Zamora, de las cuales constituye los límites suroeste y noreste, respectivamente, y que contacta con la provincia de Orense. La red hidrográfica del territorio se sitúa en el límite entre dos cuencas hidrográficas: la del Miño-Sil (río Cabrera) y del Duero (río Eria y río Tera). Predominan las pizarras cámbricas y las cuarcitas armoricanas (Ordovícico inferior), éstas últimas formando las máximas elevaciones. Toda la Sierra de la Cabrera presenta una elevada singularidad geomorfológica como consecuencia de los plegamientos hercinianos y su posterior reajuste alpino, con distintas consecuencias morfológicas según se trate de su sector meridional o septentrional en función de sus distintos materiales. Así en el sector norte, el armazón de la Sierra, a base de pizarras y cuarcitas, provocó que la fisonomía de ésta sea aserrada y dentada, debido también a que la erosión fluvial, motivada por un nivel de base muy bajo (el Miño), erosionase intensamente la vieja penillanura, creando valles en ""U"" con elevada diferencia de cota. El lago de Truchillas y el lago de la Baña son dos ejemplos de lagos glaciares de circo, testigos del glaciarismo que se desarrolló en esta zona durante diferentes fases del Cuaternario. El Lago de Truchillas se ubica en un circo rodeado de un anfiteatro de montañas, con una superficie de 0,04 km. cuadrados y de escaso fondo, se alimenta por algunos neveros de las partes más altas y por el arroyo de la Fuente de la Fermosina. Carece de morrena frontal, consecuencia de la ablación que la ha hecho desaparecer, revistiéndose sus escarpes de grandes bloques de cuarcitas, procedentes del derrumbamiento de sus paredes. Las laderas del valle de acceso (Valle del río Lago) están cubiertas de cantos de cuarcita, que forman el derrubio de las partes más altas de las montañas. Respecto al Lago de la Baña es de destacar la diferencia de nivel, de más de 600 metros, entre las alturas de la penillanura (Peña Trevinca - 2.127 m.) y el Lago (1.380 m). Junto a ello los efectos del glaciarismo cuaternario dejaron aquí su huella: un circo perfecto, las superficies pulimentadas y rocas aborregadas, y sobre todo la gran morrena terminal que envuelve a modo de arco la cuenca del anfiteatro, constituida por grandes losas pizarrosas y bloques angulosos, hasta de 30 m., que presenta un muy buen estado de conservación gracias a que el desagüe del lago se produce subterráneamente por debajo de dicha morrena, siendo casi nulo el efecto de ablación. El Lago es de escasa profundidad y superficie aproximada de 0,075 kilómetros cuadrados, aunque antiguamente debió ocupar todo el fondo del circo, pues éste se encuentra en gran parte cegado por sedimentos que constituyen hoy algunas praderas. Destaca también La Laguna, masa de agua de escasa superficie que está situada aguas abajo del Lago y se alimenta de su desagüe. El paisaje vegetal se encuentra condicionado por las frecuentes quemas para obtener zonas de pasto, lo que da lugar a la dominancia de los matorrales en sus laderas (brezales y piornales), aunque hay buenas representaciones en zonas de umbría y cursos de agua de bosque caducifolio (melojares y algún abedular) y amplias superficies procedentes de repoblación con coníferas, éstas últimas especialmente abundantes en el tercio más oriental del Espacio. Completan este paisaje silíceo, la vegetación anfibia lacustre y las comunidades fontinales de alta montaña, los cauces de agua con sus bosques de ribera (alisedas y saucedas arbustivas) y los pedregales y canchales asociados bien a los bosques o bien a las zonas de gran altitud donde comparten espacio con enebrales rastreros y vegetación quionófila y turbícola.
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Barranco Oscuro Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
La reserva delimita un tramo de unos 2 Km de longitud del barranco Oscuro, justo antes de su desembocadura en el barranco de la Virgen-Azuaje. está encajado en materiales pertenecientes a la serie basáltica II. En sus laderas más húmedas persisten restos de laurisilva que antaño cubría una superficie muy extensa en el noreste de Gran Canaria, y que hoy sobrevive puntualmente en contadas localidades. También hay buenas muestras de fayal-brezal y algunos restos de bosques en galerías, representados sobre todo por saucedas. Los restos de laurisilva se distribuyen en el barranco de dos manchones separados entre sí por un centenar de metros. En esta zona intermedia y tanto en el cauce como en las partes más altas de las laderas, hay cultivos de huerta y pequeñas edificaciones dispersas de poca importancia. la flora de este reducto es muy rica, con elementos muy raros y amenazados tales como el chagorro (Sideritis discolor), la cresta de gallo (Isoplexis chalcantha) o la margarita (Argyranthemum adauctum jaciobaeifolium), que son endemismos locales. La flora arbórea de este lugar es propia de laurisilva, pero con algunos componentes que no se corresponden con dicha comunidad natural. Así aparecen poblaciones de álamos (Populus alba), cañas (Arundo donax), castaños (Castanea sativa), etc.
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El Brezal Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
La unidad delimitada comprende un área montana en las medianías del norte de la isla, enclavada en una zona de materiales de la serie II. La vegetación actual es un fayal-berezal en buen estado de conservación , testigo último de un extenso bosque que en otro tiempo cubría toda la zona entre el Palmital y la montaña de Galdar. Entre los elementos arborescentes hay algún acebuche (Olea europaea) y lentiscos (Pistacia lentiscus), y el estrato arbustivo es muy abundante el granadillo (Hypericum canariense). En la actualidad, el fayal-brezal está rodeado de cultivos que impiden su expansión, por lo que constituye una mancha de monte restringida y limitada, aunque con una alta capacidad regenerativa. En este espacio concurre una fauna ornítica diversa y propia de monteverde, junto a su correspondiente biocenosis de invertebrados. Cerca de su límite noroeste se encuentra la presa de Mondragones, un reservorio de agua que suele ser visitado por aves migradoras. Hay usos agrícolas dispersos sobre todo en la zona marginal, y en lugares concretos se detectan vertidos incontrolados de basuras y acúmulo de escombros. Toda la unidad está atravesada por la carretera de Moya-Guía, por lo que soporta un tránsito elevado de personas. Aunque no hay asentamientos humanos dentro del espacio protegido, sí en sus alrededores, con la consiguiente presión de uso que ello implica (roturación para su transformacoón en campos de cultivo, etc).
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Azuaje Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
Sector de unos 5 Km de barranco, abierto a l norte y profundamente excavado en materiales basálticos recientes de la serie II. Presenta un alto grado de encajamiento con importantes acúmulos de aluviones que han sido nuevamente incididos por el cauce actual. Esto determina la existencia de laderas fuertemente inclinadas con escarpes de hasta 200 m de altura. Por el barranco discurre un curso de agua permanente de pequeño caudal, que forma un hábitat natural acuático poblado por especies dulceacuícolas típicas. la vegetación, muy transformada y abierta, se consituye básicamente por especies rupícolas y de fayal-brezal, junto a algunas de laurisilva (Dracunculus, Isoplexis, etc.) o especies como la rejaldadera (Solanum palmensis), que tienen aquí las únicas poblaciones conocidas en toda la isla. Se trata de un reducto de vegetación donde están representadas diversas facies regresivas de casi desaparecido monteverde que cubría el noreste de la isla. En la parte norte del barranco, en si ladera derecha, hay pequeños bancales que atestiguan un uso agrícola poco intenso. Por lo demás, no se conocen mayores aprovechamientos, a no ser el de las aguas que circulan por el cauce. Los nacientes son visitados con frecuencia, y ello se asocia también a actividades más o menos recreativas. En el interior del barranco hay ruinas de un antiguo hotel-balneario, hoy abandonado, y una fuente pública donde acude gran número de personas a provisionarse de agua.
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Los Tilos de Moya Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
Tramo de unos 2 Km del barranco de los Tilos, donde se localiza una buena muestra de laurisilva. Se trata de un barranco estrecho encajado en materiales de la serie II de Gran Canaria, por donde antiguamente circulaba un importante caudal de agua. La vegetación de monteverde se distribuye por el lecho y las laderas, y se constituye de formas arbóreas entremezcladas con especies herbáceas propias del sotobosque. En el mismo cauce hay plantas ligadas a ambientes acuáticos (cañas, etc) y en algunos lugares de la reserva -sobre todo en las laderas- hay especies introducidas, a veces extendiéndose por amplias superficies como las tuneras (Opuntia). El área protegida como reserva está atravesada de norte a sur por una estrecha carretera asfaltada que discrurre por el lecho del barranco y lleva hasta Fontanales. En la actualidad la mayor parte del espacio está gestionado por el Cabildo de la isla, contando para ello con varias instalaciones en su entrada norte, y se ha prohibido el acceso a las zonas naturales a ambos lados de la carretera, al tiempo que se desarrolla un programa específico de restauración de la laurisilva.
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Los Marteles Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
Área de montaña, limitada principalmente en su parte sur, por grandes escarpes, donde se asientan comunidades propias de hábitats rupícolas. Son particularmente interesantes por su riqueza en endemismos las que bordean San Bartolomé (risco Blanco), el Rincón de Tenteniguada, el Paso de la Plata y Temisas, ademas de las vertientes abruptas de las zonas altas de los barrancos de Guayadeque y los Cernícalos. Aunque la mayor parte de los materiales de esta zona pertenecen a serie antiguas, también hay manifestaciones volcánicas recientes como La Calderilla y la caldera de los Marteles (serie IV). En las cotas altas de la zona y en el centro de la reserva hay pinares de repoblación que alcanzan incluso lo alto de los escarpes del Paso de la Plata al suroeste del espacio, y que se distribuyen en mosaico por la mitad norte. Igualmente resultan destacables las magníficas poblaciones de acebuches y saucedas en la parte alta del barranco de los Cernícalos, posiblemente las mejores de la isla. Las cumbres desprovistas de pinar están ocupadas por matorrales de sustitución constituidos por tabaibas (Euphorbia obtusifolia), retamas de cumbre (Teline microphylla) y escobones (Chamaecytisus proliferus), principalmente. La flora de escarpes es particularmente rica en endemismos como el abundante pastel de risco (Greenovia aurea) o una de las pocas orquídeas de las islas (Orchis patens canariensis); algunos están muy amenazados como la bencomia (Bencomia brachystachya) o la mata de risco (Globularia sarcophylla). También hay especies, como es el caso del tomatero silvestre (Solanum lidii), que sólo se encuentran en puntos concretos del interior de la reserva. En los escarpes que bordean San Bartolomé se sabe que llegaron a nidificar halcones (Falco spp.), que están protegidos por abundante normativa nacional e internacional. La reserva está atravesada por la carretera que une Telde con Tejeda, por lo que registra una afluencia de visitantes de paso importante. Por lo demás, el uso recreativo o educativo es escaso, a no ser en La Calderilla donde todos los años se organizan campamentos juveniles. Aunque hay algunos asentamientos humanos, los más importantes se disponen en la periferia, fuera del espacio protegido, persistiendo dentro tan sólo algunas casas aisladas que suelen ser construcciones abandonadas o cuartos-refugio de cazadores. La agricultura, constituida por cultivos tradicionales de secano, se concentra en contados lugares y tiende a desaparecer. Más significación tienen los frutales que aparecen en zonas marginales y son recolectados de forma esporádica, cuando no están totalmente abandonados. El pastoreo es también una actividad en franco retroceso.
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Las Dunas de Maspalomas Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
La reserva se sitúa en el margen sureste de una extensa plataforma sedimentaria en las desemobcaduras de los barrancos de Fataga, Ayagaures y Chamoriscán. Está formada por campos de dunas fundamentalmente fonolíticas, orientadas en la misma dirección que los vientos dominantes. En realidad, las dunas se encuentran sobre una de las tres terrazas aluviales, producto de diversas regresiones del nivel del mar debido a cambios de clima durante el Cuaternario. Prueba de ello es la presencia tierra adentro, cerca de la costa oriental y a dos metros sobre el nivel del mar, de depósitos de cantos rodados que recuerdan que el mar tenía en otra época un nivel superior al actual. El límiete oriental de la reserva se corresponde con un promontorio sobre el cual se asentó la urbanización Playa de Inglés, situada en segunda terraza, a más de 55 m sobre el nivel marino actual se encuentra fuera del espacio protegido, más al norte. La mayor parte de las dunas son activas y se desplazan de Este a Oeste con relativa regulariad, pero un sector al norte del espacio y protegido por la terraza de la urbanización Playa del Inglés carece de movilidad. En este último existe una interesante concentración de vegetación halófilo arenosa de tarajales (Tamarix canariensis), palmeras (Phoenix), juncos (Juncus acutus) o el endemismo local de esta zona de la isla, el salado (Schizogyne glaberrima). La vegetación actual se compone de comunidades psamófilas, más o menos halofíticas. La franja inmediata a la costa está dominada por poblaciones de balancón (Traganum moquini) y, más hacia el interior -al norte del espacio-, destaca un bosquete de tarajales y juncos, con aulagas y palmeras. En la zona arenosa se observan tanto comunidades internudares dominadas por la juncia propia de zonas salitrosas (Cyperus capitatus) y una meloja (Ononis serrata). Esta reserva comprende también la llamada charca de Maspalomas, con una riqueza ornítica y florística muy destacada en el pasado pero considerablemente empobrecida en la actualidad. La flora sobreviviente se limita a un denso cañaveral (Phragmites australis), varias fanerógamas marinas y algunas algas, mientras que de la antigua fauna que visitaba el lugar (águila pescaora, milanos, multitud de especies migratorias), sólo perviven algunas limícolas y especies de reciente aparición en las islas como el estornino pinto (Sturnus vulgaris). La mayoría de los limícolas son migradores, pero recientemente se ha constatado la nidificación de la polla de agua (Gallinula chloropus) y la focha común (Fulica atra), lo cual denota la mejoría que se está produciendo en el hábitat desde hace pocos años. En determinadas épocas estivales, cuando las temperaturas son altas y el nivel de oxígeno disuelto en el agua es bajo, se producen mortandades en masa de algunas de las especies de peces de la charca. Otras veces tienen lugar auténticas explosiones de mosquitos que han generado notorio malestar en la población circundante. Ambos procesos ocurren debido al desequilibrio ecológico provocado por las alteraciones urbanas del entorno, que han modificado el escosistema natural. Todo el área soporta una fuerte presión de uso proviniente de los núcleos turísticos que rodean la reserva. La afluencia de personas es mayor en las proximidades de la costa, donde bañistas y vehículos motorizados se adentran con frecuencia en las dunas, y se organizan excursiones en dromedario. Por otro lado, la reserva está flanqueada al norte por un campo de golf, que actúa como tampón entre las zonas más antropizadas y el espacio protegido. Ocasionalmente las dunas son objeto de prácticas militares con lanzamientos en paracaídas que provocan importantes alteraciones en las condiciones naturales del espacio.
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Güigüi Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
Área de Gran Canaria constituida por materiales del primer ciclo, que forma parte del antiguo edifico en escudo que dió origen a lo que hoy conocemos como Tamarán o paloe-Gran Canaria. Presenta un relieve altamente erosionado en incidido por numerosos barrancos que salvan en un corto recorrido más de 1.000 m de altura, naciendo y desembocando dentro de este espacio protegido. La comarca está delimitada de forma natural por una serie de montañas (Hogarzales, El cedro, Amurgar, etc.) que lo aislan de la depresión del valle de La Aldea. El perfil costero es generalmente acantilado y sólo en la desembocadura de algunos barrancos se acumulan cantos y arenas que forman pequeñas playas. Por todo el espacio hay cardonales dispersos y, en determinadas zonas, buenas poblaciones de palmeras (Phoenix canariensis), almácigos (Pistacia atlantica) y tabaiba dulce (Euphorbia balsamifera). En las cotas más altas, sobre los 700 m, abundan las jaras y escobones, lo que evidencia que esta zona pertenece al área de distribución potencial del pinar. en el cauce de algunos barrancos hay buenos palmerales y acebuchales acompañados de lestiscos. Abundan los endemismos, como taginaste (Echium callithyrsum) y un cabezón (Cheirolophus falcisectus), este último exclusivo del área protegida. Los acantilados costeros son adecuados para la nidificación de aves marinas como petreles y pardelas y, en ocasiones, se han visto sobrevolando el área de rapaces en peligro como el águila pescorada y el halcón de Berbería. Los usos son escasos en casi todo el espacio, pero algo mayores y más consistentes en las vertientes del norte, hacia La Aldea de San Nicolás. En esta zona se detectan cultivos en la base de la ladera y en torno al caserío de Artevejez, que conforman un área característica de usos tradicionales. En el barranco de Güigüí Grande hubieron prácticas agrícolas en el pasado, como prueban los deteriorados abancalados de sus márgenes y la presencia en su desembocaura de los restos de un almacén de la compañía Fyttes, dedicada a la exportación de tomates. En la actualidad, sólo se conoce una familia que viva de forma permanente en este barranco, que cultiva una superficie no mayor a una hectárea y posee una veintena de cabezas de ganado cabrío. La playa de Güigüí chico registra una afluencia relativamente importante de excursionistas que descienden desde la cumbres por distintas rutas del interior del barranco.
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Pilancones Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
El parque natural se encuentra en una de las zonas más antiguas de Gran Canaria formada por materiales traquítico-fonolíticos del primer ciclo volcánico. la edad de los materiales supera posiblemente los 12 millones de años. En este lugar, los intensos procesos morfogenéticos han labrado un paisaje de barrancos encajados entre interfluvios en meseta que evolucionan paulatinamente hacia afiladas crestas. El sector septentrional de este espacio está ocupado por un extenso pinar de repoblación donde viven especies orníticas interesantes como el picapinos (Dendrocopos major thanneri) y el pinzón azul de Gran Canaria (Fringilla teydea polatzeki). Por debajo del pinar se extiende una zona de matorrales de sustitución con jaras (Cistus monspeliensis) y escobones (Chamaecytisus proliferus) y, de forma muy esporádica, alguna sabina aislada (Juniperus phoenicea). Justo al suroeste del parque hay poblaciones de cardones y tabaiba dulce. Por otro lado, la existencia de pequeños cursos de agua y varias presas, ha favorecido la implantación de cañaverales, donde se ha instalado el pico de coral (Estrilda astrild), un pájaro reciente colonizador de la isla. Entre las especies florísticas amenazadas destacan el heliantemo (Helianthemum tholiforme), la corregüela gris (Convolvulus preeeaudieri) y la ruda de risco (Ruta oreojasme). Los asentamientos humanos son casi inexistentes. Hay algunos caseríos dispersos por la zona sur del parque -a veces segundas residencias- destacando localidades como Ayagaures alto, y los pobladores del lomo de Pedro Alfonso, que ocupan de forma marginal el espacio protegido. En torno a estos caseríos se practica una agricultura modesta y de regadío destinada a autoconsumo. La intensidad de los cultivos es mayor al sur y en localidades concretas al oeste, donde hay huertas con plantaciones de mangos, aguacateros, naranjos, etc., que en pequeña proporción abastecen a los núcleos turísticos del sur de Gran Canaria. Otra característica de la zona sur del parque natural es la abudancia de presas, algunas de grandes dimensiones, como la de Ayagaures. También hay muchas pistas, algunas ilegales y fuertemente impactantes, como la del barranco de los Vicentes, construida para instalar un tendido eléctrico.
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Amagro Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
Pequeño macizo montañoso sobre la vega de Gáldar, de 500 m de altura, constituido por materiales volcánicos de la serie II en la periferia de una estructura geológicamente más antigua (Serie I), aparentemente desgajada del primitivo edificio de la isla. La vegetación actual está formada por tabaibales (Euphorbia balsamifera y Euphorbia aphylla) y cardonales (Euphorbia canariensis), con presencia de jaras a media ladera y en las cumbres. En algunos puntos hay también almácigos aislados, testigos de antiguos bosques termófilos más extensos en el pasado. Entre la flora es digna de mención la presencia de la llamada siempreviva de Amagro (Limonium sventenii), un endemismo amenazado presente en contadas localidades del oeste de Gran Canaria. El pastoreo es intenso, mientras que la agricultura es prácticamente inexistente. En las laderas meridionales hay cierto uso recreativo (como de la Tosca) consistente en un centro de la sociedad de cazadores y en un zoológico especializado en reptiles (Reptilandia). Además de una pista principal que accede a lo alto del macizo, hay otras secundarias para plantaciones forestales, ya que buena parte de Amagro es terreno consorciado con particulares para su repoblación. En las laderas se han efectuado aterrazamientos para la repoblación con especies exóticas (casuarinas, acacias, etc.), que no han prosperado mucho. En el ámbito de este espacio se localizan también explotaciones de cantería y una vieja estación de bombeo. Esta última proviene de una infraestructura iniciada en 1915 por la compañía John Davis Leacock, para elevar el agua desde la playa del Agujero hasta lo alto del macizo.
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