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Espacios protegidos

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Nombre Figura de protección Descripción
Riberas del Rio Adaja y afluentes Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
El río Adaja es el segundo afluente más importante del río Duero por su margen izquierda después del río Tormes. El Adaja presenta un régimen fluvial pluvio-nival que se caracteriza porque las aguas máximas se producen a base de la suma de las nieves invernales, con las posibles lluvias que anteceden, o siguen, o son sincrónicas a las nevadas. El estiaje es acusado y abarca todo el verano, prolongándose a los comienzos del otoño. El Espacio incluye numerosos tramos fluviales con un buen estado de conservación de su vegetación de ribera. En concreto, el lugar contiene dos tramos fluviales del río Adaja (un tramo en provincia de Valladolid y un tramo en provincia de Ávila), dos tramos del río Eresma (un tramo en provincia de Valladolid y un tramo en provincia de Segovia) y un tramo del arroyo Ullaque (en provincia de Ávila). La vegetación de ribera está dominada por fresnedas, choperas, alamedas y saucedas, con presencia frecuente de alisos. Junto al cauce también aparecen prados de hierbas altas instalados en los suelos arenosos de las márgenes fluviales. La orla externa de las estrechas riberas entra en contacto directo con los cultivos en amplios tramos, a veces dragados, y en algunos enclaves con golpes de pinos sobre suelos arenosos.
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Salgüeros de Aldeamayor Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
Espacio que se sitúa en la amplia comarca natural de de Tierra de Pinares, en un territorio más o menos plano o de suaves pendientes situado en la zona de confluencia del río Duero y su tributario Cega, en el que se alternan las zonas agrícolas y forestales, salpicadas por zonas con pastos naturales y zonas húmedas de carácter estepario y endorreico. Los humedales conforman la parte esencial del Espacio y tienen distinta tipología (lagunas, charcas, lavajos, bodones, salgüeros, depresiones inundables, pastizales húmedos, juncales, etc.) incluyendo tanto zonas húmedas con lámina de agua somera estacional (Laguna del Suero, Laguna del Pepino, etc.) como criptohumedales (zonas húmedas pero sin lámina de agua), siendo especialmente importantes y abundantes los de carácter salino. Estas zonas húmedas están vinculadas al área de descarga del acuífero de los Arenales y en ocasiones están situados en torno a una red de drenaje con pequeños arroyos de escasa magnitud y suave pendiente tributarios del río Cega (arroyo del Molino, y sus tributarios, zanja de la Pedraza, arroyo del Pueblo). En estas zonas se alternan distintos tipos de comunidades en función de la naturaleza del suelo, microtopografía y los procesos hidrogeoquímicos asociados: en determinadas zonas predominan los flujos locales vinculados a las redes de drenaje, estableciéndose los pastos húmedos con una disposición lineal, mientras en otras zonas con suelos más o menos basófilos y salinos los flujos regionales vinculados a la descarga del acuífero favorecen el establecimiento de zonas salinas con una flora y vegetación halófila y subhalófila muy rica y variada tanto acuática, entre la que destaca las comunidades de caráceas, como, sobre todo una gran variedad de comunidades (pastizales, juncales, etc.) entre los que destacan las formaciones de Suaeda vera, los pastizales vivaces con Limonium costae, los pastizales vivaces dominados por Puccinellia sp, los juncales de Juncus maritimus o Juncus gerardi y las comunidades terofíticas halófilas o halonitrófilas de Microcnemum coralioides, Salicornia ramosissima, Frankenia pulverulena, u Hordeum marinum.
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El Carrascal Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
Se localiza al oeste de la provincia de Valladolid, en el complejo miocénico del sur de la ribera del Duero, incluyendo un páramo calizo tabular, dividido por un estrecho valle fluvial, que discurre entre dos laderas margosas- yesosas, con orientación opuesta sur y norte, de corto desarrollo y acusada pendiente. El paisaje está dominado por bosques de pino piñonero (Pinus pinea) y de encina (Quercus ilex), aunque en algunos enclaves se dan cita otras especies, siendo frecuente la sabina (Juniperus thurifera). En general se trata de masas relativamente jóvenes y densas, en ocasiones monoespecíficas y de estructura homogénea, en fase de recuperación y en algunos casos resultantes de procesos de reforestación de hace algunas décadas, aunque existen enclaves de mayor madurez y diversidad. Una parte considerable corresponde a un monte público en el que se viene desarrollando una gestión forestal que fomenta un bosque mixto de estructura irregular, con alternancia de áreas densas y claras y presencia de grandes ejemplares y de madera muerta. La cobertura arbolada del Espacio es casi total, lo que contrasta con un entorno netamente agrícola, aunque se mantienen algunas pequeñas superficies desarboladas entre las que destacan las cuestas meridionales con formaciones arbustivas gipsófilas de gran interés.
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Humedales de Los Arenales Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
Las características hidrogeológicas del acuífero subterráneo de "Los Arenales" han originado una extensa y compleja red de humedales en las campiñas del sur del Duero. Este Espacio se sitúa en un territorio más o menos plano o de suaves pendientes en el que se alternan las zonas agrícolas y forestales, salpicados por pastos naturales y zonas húmedas de carácter estepario. Las zonas húmedas conforman la parte esencial del Espacio y tienen distinta tipología (lagunas, charcas, lavajos, bodones, depresiones inundables, pastizales húmedos, juncales, etc.) incluyendo tanto zonas húmedas con lámina de agua permanente o estacional como criptohumedales (zonas húmedas pero sin lámina de agua). Estas zonas húmedas están vinculadas al complejo de recarga-descarga del acuífero de los Arenales y en ocasiones están situados en torno a una red de drenaje con pequeños ríos y arroyos de escasa magnitud y suave pendiente (río Trabancos, río Zapardiel; arroyo de la Golosa, arroyo del Simplón, arroyo del Vallejo, arroyo de la Agudilla, etc.). En estas áreas se alternan distintos tipos de pastizales en función de la naturaleza del suelo y los procesos hidrogeoquímicos asociados: en determinadas zonas predominan los flujos locales vinculados a las redes de drenaje, estableciéndose los pastos húmedos con una disposición lineal, mientras en otras zonas con suelos alcalinos y moderadamente salinos los flujos regionales vinculados a la descarga del acuífero favorecen el establecimiento de zonas húmedas salinas (con frecuencia con comunidades de caráceas) y pastos y juncales halófilos dominados por distintas gramíneas o juncos halófilos (Puccinellia sp.; Hordeum sp., Juncus maritimus, etc.). Salpicando estos pastos húmedos se desarrollan distintos tipos de lagunas y depresiones temporalmente inundadas que tienen una elevada importancia para el mantenimiento de las especies y hábitats ligados a humedales. Entre estas zonas húmedas, destaca por su magnitud e interés las Lagunas Reales, la laguna de La Zarza o el lavajo de las Lavanderas. También se incluyen en el Espacio masas de pinares de Pinus pinea y Pinus pinaster sobre depósitos de arenas eólicas de origen cuaternario, en ocasiones de gran potencia, que tienen un elevado interés geomorfológico por su singularidad. Estos pinares conforman, junto a los terrenos agrícolas, la matriz que rodea el espacio, aunque puntualmente también se han incluido representaciones dentro del mismo, presentando un interesante papel como elementos estructurales del paisaje y diversificadores de los valores naturales, así como elementos relevantes en la conectividad.
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Lago de Sanabria y alrededores - ZEPA Zonas de Especial Proteccion para las Aves (Directiva Aves)
(Categoría UICN: No aplica)
El Espacio se sitúa en el extremo noroccidental de la provincia de Zamora, limitando con Orense y León. Se trata de un territorio de media y alta montaña integrado en el macizo galaico-leonés, formado por rocas ácidas paleozoicas (granitos, gneis, pizarras) intensamente erosionadas. La fisiografía del Espacio se encuentra fuertemente condicionada por la acción erosiva del hielo durante la última glaciación. Así, en las zonas más altas de las sierras Segundera y Cabrera aparecen roquedos, pedrizas y canchales, con un extenso altiplano ondulante situado por encima de los 1.700 metros, en el que se encuentra uno de los conjuntos lacustres de mayor relevancia de la península Ibérica, formado por más de treinta lagunas y turberas coronadas por materiales graníticos de origen glaciar. Esta particular topografía en combinación con las condiciones climatológicas del entorno propicia la aparición y mantenimiento de vaguadas higroturbosas de gran interés ecológico. Gran parte de su superficie del Espacio se encuentra por encima de los 1.500 metros de altitud, contando con algunas cumbres de más de 2.000 metros, entre los que destacan Peña Trevinca y Moncalvo, estando el altiplano cortado por valles profundos que en ocasiones forman barrancos pronunciados, por los que discurren ríos y arroyos, entre los que destacan los cañones de los ríos Tera, Cárdena y Segundera, siendo el cañón del Tera el ejemplo más significativo. Estos valles fueron configurados por el avance de lenguas glaciares que irradiaban desde el casquete glaciar superior y que por erosión formaron al confluir en la zona baja una cubeta, que una vez retirado el hielo se rellenó con agua de los cursos fluviales del entorno formando el Lago de Sanabria, que es el lago natural más extenso de la Península, con una superficie de 318,7 ha y una profundidad máxima de 51 m. Los hábitats presentes en las zonas altas aparecen ligados a las lagunas de montaña, turberas, roquedos, matorrales y pastizales (cervunales y pastizales psicroxerófilos), dando lugar a un complejo mosaico en el que es difícil precisar la dominancia de uno u otro tipo de vegetación, pero donde cualquier alteración sobre uno de ellos repercute en el resto, siendo evidente esta intrincada relación en el caso de los estanques (temporales o no), las turberas, los cervunales y los brezales húmedos, incluso entre los pastos, los matorrales de porte almohadillado y los propios brezales húmedos. Estas formaciones están muy ligadas al uso cultural del fuego y a la ganadería extensiva, constituyendo el matorral el elemento que más extensión ocupa. Donde las condiciones de altitud y la recurrencia de los incendios lo permiten, aparecen también formaciones forestales relícticas como tejedas, acebedas y abedulares. En las zonas por debajo de 1.700 m se desarrollan, cubriendo laderas y fondos de vaguada; extensos bosques de rebollo con diferentes grados de evolución. En estas mismas zonas, en aquellos emplazamientos en los que la incidencia de los incendios forestales o las condiciones del medio no han favorecido la continuidad o el desarrollo de bosque, aparecen escobonales y brezales. El Espacio acoge el nacimiento de una rica red fluvial en la que sus principales cauces (Tera, Truchas y Bibey), muestran interesantes comunidades de nacientes mezcladas en ocasiones con herbazales megaforbios y zonas higroturbosas que se enriquecen según descienden con abedulares, saucedas, e incluso formaciones de ribera de aliso en las zonas más bajas.
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Sierra de la Culebra Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
La sierra de la Culebra, entre las penillanuras de Aliste y Carballeda-Sanabria, es el único accidente morfológico destacable dentro de las llanuras del centro-oeste de la provincia zamorana. Se trata de un relieve residual y sus culminaciones tienen una marcada isoaltitud, siendo la altitud máxima Peña Mira con 1.238 msnm. Las culminaciones están constituidas por cuarcitas del Arening (Ordovícico Inferior), mientras que los sectores deprimidos están labrados en materiales pizarrosos también ordovícicos. Estas sierras formadas por cuarcitas ordovícicas plegadas en anticlinorios con rumbos NO-SE, y con fuertes buzamientos corresponden a la Orogenia Hercínica. Las cuarcitas de las sierras aparecen muy diaclasadas y afectadas, en ocasiones, por fallas importantes. En las laderas de los escarpes cuarcíticos, se acumulan depósitos tipo piedemonte y coluviones de edad Cuaternaria, a veces de grandes dimensiones, producidos por la erosión de los abruptos relieves. Los aspectos hidrológicos corresponden a los de típicas zonas de montaña, con relieve abrupto y fuertes pendientes. Sólo existen torrenteras y pequeños cursos de agua en los que predominan las características erosivas, con fuerte escorrentía superficial. En función de estas características, se localizan los nacimientos de algunos ríos cuyo máximo desarrollo se alcanza en los valles adyacentes a la sierra como es el caso del río Aliste. Se trata, por tanto, de un gran afloramiento ordovícico, formado por un haz de pliegues estrechos, sobre los que ha actuado la erosión diferencial, hasta culminar en la construcción de un relieve de tipo apalachense, en el que frente a la incisión de los valles, elaborados por el desmantelamiento de las pizarras, destacan las barras de cuarcita. En el paisaje vegetal domina la presencia de extensos pinares repoblados mayoritariamente en los años 60 del pasado siglo. En ocasiones estas masas presentan altas densidades, por lo que es frecuente que carezcan de sotobosque bien desarrollado. Dependiendo de las zonas, las especies dominantes utilizadas en las repoblaciones son pino silvestre (Pinus sylvestris), pino negral (Pinus pinaster) y en menor medida, pino laricio (Pinus nigra). La formación climácica de la sierra de la Culebra es el rebollo (Quercus pyrenaica), en la actualidad se trata de formaciones generalmente pequeñas, a excepción de los rebollares del Barco y Rabomalo, refugiadas en los canchales, presentan un escaso estrato arbustivo y herbáceo configurado por brezos (Erica aragonensis, E. arborea), jaguarzos, codesos y carqueixas. Muy degradado, formando masas discontinuas y con un cortejo florístico muy empobrecido se encuentra el encinar, que sin embargo presenta un extraordinario valor, como el situado en la solana de la Peña del Cuervo. Algunas masas dispersas de especies como alcornoques (Quercus suber), madroños (Arbutus unedo) o castaños (Castanea sativa) aumentan el valor de conservación de la sierra y constituyen una oportunidad de expansión de sistemas forestales naturales. A este paisaje boscoso se unen las alisedas y saucedas riparias que salpican todo el territorio y que ocasionalmente se enriquecen con testimoniales abedulares. El resto del Espacio está ocupado por extensos matorrales, escobonales de Cytisus multiflorus en los suelos más profundos, brezales de Erica australis en suelos empobrecidos y jarales de Cistus ladanifer en suelos acidificados de las zonas basales del sur de la sierra. Estos matorrales se encuentran salpicados por pastizales-herbazales en las zonas más húmedas de fondo de valle, ambos muy relacionados con el uso ganadero y asociados al uso recurrente del fuego. Aunque con una superficie más reducida, también conforman el territorio los hábitats y especies ligadas a humedales. En torno a las depresiones próximas a fuentes o en zonas encharcadas permanentemente aparecen valiosas y frágiles turberas, como las presentes en la base de Peña Mira, a las que se ligan brezales húmedos, constituyendo ambientes higroturbosos de gran valor que están sufriendo una reducción de su extensión que podría estar vinculada a los efectos del cambio climático. También tienen una representación reducida pero muy valiosa los arroyos temporales o sometidos a una fuerte estacionalidad, como el Moratones o el Castrón, y los sistemas de lagunas temporales, que son más frecuentes en el extremo meridional del Espacio.
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Tejedelo Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
Rodeado de elevaciones en las que predominan los materiales metamórficos, este espacio se encuentra en el pequeño valle del arroyo Tejedelo, que nace a los pies del Pico Cinseiro y discurre por un abrupto territorio en la cara norte de la Sierra Gamoneda zamorana. En este valle encontramos como vegetación predominante un melojar, con varias manchas de abedular en su zona más elevada, siendo además frecuente el acebo (Ilex aquifolium). Lo más singular es la presencia de varios bosquetes de tejos añosos (Taxus baccata) ligados al valle del arroyo Tejedelo. Se trata de una de las mejores y más extensas representaciones de bosques de tejos de Castilla y León, con ejemplares centenarios de gran porte. En el fondo del valle encontramos también avellanos (Corylus avellana) y serbales (Sorbus aucuparia). Finalmente, aún con un área proporcionalmente más reducida tienen también gran interés las zonas de pastizal vinculadas a los cursos fluviales que drenan el valle de Tejedelo y las pequeñas zonas higroturbosas que aparecen puntualmente en el Espacio. Los matorrales presentes en este valle son predominantemente brezales de Erica australis y Pterospartum tridentatum y escobonales de Cytisus multiflorus. Este paisaje es consecuencia del secular uso del fuego al que han sido sometidos estos territorios zamoranos. Esta pequeña ZEC se sitúa en el entorno de la portilla del Padornelo, paso natural entre Galicia y la Meseta y corredor de infraestructuras de comunicación y transporte, en un área donde la pérdida de peso de la ganadería extensiva ha dado paso al desarrollo de extensas forestaciones de coníferas.
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Quejigares de la Tierra del Vino Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
Espacio situado al sur de la provincia de Zamora, en una zona ligeramente elevada. Se asienta sobre parte de la antigua Dehesa del Cubeto, en el monte de Valparaíso, un bosque adehesado de quejigos y encinas, de relieve suavemente ondulado y surcado por varios cauces estacionales en los valles. Ubicado en el extremo occidental de la cuenca Terciaria del Duero, cerca de su contacto con el Macizo Hespérico; los materiales predominantes son lutitas, areniscas (arcosas, subarcosas, litarenitas y sublitarenitas) y conglomerados (predominan los cantos de cuarzo y cuarcita), además de limos y arcillas, todos ellos Paleógenos. El paisaje vegetal está dominado por formaciones de encinas y quejigos, generalmente en masas mixtas, tanto en masas boscosas (la mayoría muy poco maduras) como transformadas en dehesas, destacando la presencia de Quercus faginea subsp. broteroi que tiene escasas representaciones en el territorio Castellano-Leonés. De modo puntual en las vaguadas más húmedas se desarrollan bosques mixtos de fresnos (Fraxinus angustifolia) con quejigos, melojos, encinas, etc. Son abundantes también los matorrales de sustitución, principalmente jarales.
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Riberas del Rio Tera y afluentes Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
El Espacio incluye varios tramos fluviales de la subcuenca del río Tera, en concreto, dos tramos del río Tera, dos tramos del Río Negro, además de tramos en los ríos: Ribera, Requejo, Castro y Villarino, y en los arroyos: Parada, Carril, Mondera, Truchas, Trefacio, Carambilla, Baillo, Coto, Puerto de Valle, Vecilla, Abranal y Regato. La estructura fundamental del espacio está integrada por la aliseda, acompañada por otros bosques de galería con fresnedas termófilas, así como saucedas arbustivas y choperas. Zonas de encharcamiento con prados de inundación, suelos higro-turbosos con brezales húmedos e incluso pequeñas turberas de transición en las zonas fontinales, completan la estructura física de este territorio. Mientras que por debajo del embalse de Agavanzal el ámbito de protección del espacio incluye solo el curso principal del río Tera, en la subcuenca del Negro y en la cuenca alta del Tera se incluyen también algunos de sus principales tributarios, parte de los cuáles poseen caudales fuertemente marcados durante el estiaje. Se puede distinguir entre los tramos de cuenca alta y de cuenca baja. En los cursos fluviales de la cuenca alta el bosque de ribera se mantiene en general en buen estado de conservación y se funde con los bosques zonales propios de las laderas, predominando en la llanura de inundación los pastizales de siega y de diente. Los tramos de la cuenca baja que son aquellos situados aguas abajo de los tramos embalsados, hasta la desembocadura en el río Órbigo. En estos tramos la alteración de los regímenes hidrológicos provocados por los embalses, la amplitud de la vega y la mayor aptitud agraria de los suelos, han propiciado una mayor transformación de las riberas con fines agrícolas y forestales, restringiéndose la banda de alisos en muchos casos a una estrecha franja en las márgenes del cauce. En la cuenca alta del río Tera la orla externa del bosque de ribera entra en contacto directo con la vegetación zonal, representada principalmente por robledales galaico-portugueses de roble melojo. En los tramos del curso medio, esta orla es sustituida por brezales y matorral mediterráneo. Este conjunto de ambientes de ecotono de gran valor, únicamente se encuentran alterados en los tramos bajos del cauce, debido a la ocupación de la vega para cultivos agrícolas de regadío y cultivos forestales de choperas.
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Riberas del Rio Aliste y afluentes Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
El Espacio incluye un tramo del río Aliste y del río Mena y de los arroyos Espinosa y Riofrío. En las riberas del Aliste abundan los prados de siega y los pastizales de diente, la mayor parte de los cuales hoy todavía se encuentran en muy buen estado de conservación. Las alisedas riparias y los bosques mediterráneos de fresnos están bien representados. El Espacio se estructura en torno al bosque de galería de alisos y los prados húmedos de las riberas, que en la mayoría de los casos se distribuyen conformando pequeñas fincas valladas con piedra (cortinas) de propiedad particular. Esta estructura en cortinas predomina especialmente en el entorno de los pueblos, estando delimitadas por lo general con ejemplares de fresno. Habitualmente estas fincas suelen ser objeto de aprovechamiento a diente por el ganado, aunque algunas de ellas se destinan a uso agrícola. En los cauces tributarios, y en algunos tramos intervenidos o embalsados del propio río Aliste, se pueden encontrar, además, vegas fluviales abiertas con cauces de flujo intermitente ricos en macrófitas y comunidades típicas de suelos encharcados. Los intensos estiajes que experimenta el río Aliste y sus tributarios condicionan fuertemente la ecología del espacio, ya que durante el verano la mayor parte de los cursos de agua están interrumpidos quedando el agua recluida en pozas y tablas, reduciéndose la capacidad biogénica del río. A lo largo del río son frecuentes los molinos, fuentes y bebederos tradicionales, cuya presencia diversifica el hábitat fluvial y crea valiosos refugios para diversas especies de fauna. La parte final del Espacio se encuentra embalsada por la presa de Ricobayo, situada sobre el río Esla, discurriendo el río Aliste en esta zona por un tramo encajado entre laderas de fuertes pendiente con presencia puntual de cortados rocosos. En las cercanías del cauce también se encuentran algunas minas abandonadas de gran importancia para los quirópteros.
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Cañones del Duero Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
El Espacio se estructura en torno a los ríos Duero y Esla en una zona con marcados contrastes orográficos derivados del encajonamiento de estos cursos fluviales en profundos cañones excavados en la penillanura circundante. Estos cañones están constituidos por cortados y abruptos roquedos graníticos, con desniveles que en algunos puntos superan los 100 metros de profundidad. En las zonas con pendiente más suave las laderas aparecen pobladas por masas de bosques mediterráneos, si bien aguas abajo de la central hidroeléctrica de San Román en el río Duero y en todo el tramo del Esla incluido en el Espacio, cuando el desnivel se hace más marcado, estas formaciones se alternan, en función de las características del terreno, con zonas de matorral con arbolado disperso y, en lugares propicios para ello, por hábitats propios de pendientes y cantiles rocosos silíceos. La vegetación vinculada a los propios cursos fluviales también difiere según las características fisiográficas del paraje. Así, aguas abajo de la mencionada central, en su entorno inmediato, las zonas adyacentes a la margen derecha del cauce del Duero presentan poca pendiente configurando una pequeña llanura de inundación, aprovechada agrícolamente en algunas zonas y con tramos con formaciones de vegetación de galería en buen estado de conservación y presencia de pastizales, formaciones que desaparecen casi completamente al hacerse más acentuado el perfil del cañón. El resto de las aguas del río Duero y Esla en el Espacio se encuentran embalsadas por la presa de Villalcampo. La penillanura, por su parte, está constituida por un terreno suavemente ondulado cortado por los pequeños valles de los cursos fluviales temporales que atraviesan el territorio. En ella se producen mosaicos de vegetación en los que las formaciones arboladas de carácter mediterráneo (fundamentalmente encinares y melojares), a menudo adehesadas, alternan con amplias zonas de pastizal-matorral y con cultivos agrícolas de secano, en general de carácter marginal en los que es frecuente la aparición de infraestructuras rurales de carácter tradicional, como cercados de piedra, chozos o pequeñas fuentes. En los valles, más frescos y mejor irrigados, aparecen bosques de ribera, en ocasiones con un notable desarrollo.
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Lago de Sanabria y alrededores Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
El Espacio se sitúa en el extremo noroccidental de la provincia de Zamora, limitando con Orense y León. Se trata de un territorio de media y alta montaña integrado en el macizo galaico-leonés, formado por rocas ácidas paleozoicas (granitos, gneis, pizarras) intensamente erosionadas. La fisiografía del Espacio se encuentra fuertemente condicionada por la acción erosiva del hielo durante la última glaciación. Así, en las zonas más altas de las sierras Segundera y Cabrera aparecen roquedos, pedrizas y canchales, con un extenso altiplano ondulante situado por encima de los 1.700 metros, en el que se encuentra uno de los conjuntos lacustres de mayor relevancia de la península Ibérica, formado por más de treinta lagunas y turberas coronadas por materiales graníticos de origen glaciar. Esta particular topografía en combinación con las condiciones climatológicas del entorno propicia la aparición y mantenimiento de vaguadas higroturbosas de gran interés ecológico. Gran parte de su superficie del Espacio se encuentra por encima de los 1.500 metros de altitud, contando con algunas cumbres de más de 2.000 metros, entre los que destacan Peña Trevinca y Moncalvo, estando el altiplano cortado por valles profundos que en ocasiones forman barrancos pronunciados, por los que discurren ríos y arroyos, entre los que destacan los cañones de los ríos Tera, Cárdena y Segundera, siendo el cañón del Tera el ejemplo más significativo. Estos valles fueron configurados por el avance de lenguas glaciares que irradiaban desde el casquete glaciar superior y que por erosión formaron al confluir en la zona baja una cubeta, que una vez retirado el hielo se rellenó con agua de los cursos fluviales del entorno formando el Lago de Sanabria, que es el lago natural más extenso de la Península, con una superficie de 318,7 ha y una profundidad máxima de 51 m. Los hábitats presentes en las zonas altas aparecen ligados a las lagunas de montaña, turberas, roquedos, matorrales y pastizales (cervunales y pastizales psicroxerófilos), dando lugar a un complejo mosaico en el que es difícil precisar la dominancia de uno u otro tipo de vegetación, pero donde cualquier alteración sobre uno de ellos repercute en el resto, siendo evidente esta intrincada relación en el caso de los estanques (temporales o no), las turberas, los cervunales y los brezales húmedos, incluso entre los pastos, los matorrales de porte almohadillado y los propios brezales húmedos. Estas formaciones están muy ligadas al uso cultural del fuego y a la ganadería extensiva, constituyendo el matorral el elemento que más extensión ocupa. Donde las condiciones de altitud y la recurrencia de los incendios lo permiten, aparecen también formaciones forestales relícticas como tejedas, acebedas y abedulares. En las zonas por debajo de 1.700 m se desarrollan, cubriendo laderas y fondos de vaguada; extensos bosques de rebollo con diferentes grados de evolución. En estas mismas zonas, en aquellos emplazamientos en los que la incidencia de los incendios forestales o las condiciones del medio no han favorecido la continuidad o el desarrollo de bosque, aparecen escobonales y brezales. El Espacio acoge el nacimiento de una rica red fluvial en la que sus principales cauces (Tera, Truchas y Bibey), muestran interesantes comunidades de nacientes mezcladas en ocasiones con herbazales megaforbios y zonas higroturbosas que se enriquecen según descienden con abedulares, saucedas, e incluso formaciones de ribera de aliso en las zonas más bajas.
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Sierra de la Cabrera Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
Espacio ubicado entre las provincias de León y Zamora, de las cuales constituye los límites suroeste y noreste, respectivamente, y que contacta con la provincia de Orense. La red hidrográfica del territorio se sitúa en el límite entre dos cuencas hidrográficas: la del Miño-Sil (río Cabrera) y del Duero (río Eria y río Tera). Predominan las pizarras cámbricas y las cuarcitas armoricanas (Ordovícico inferior), éstas últimas formando las máximas elevaciones. Toda la Sierra de la Cabrera presenta una elevada singularidad geomorfológica como consecuencia de los plegamientos hercinianos y su posterior reajuste alpino, con distintas consecuencias morfológicas según se trate de su sector meridional o septentrional en función de sus distintos materiales. Así en el sector norte, el armazón de la Sierra, a base de pizarras y cuarcitas, provocó que la fisonomía de ésta sea aserrada y dentada, debido también a que la erosión fluvial, motivada por un nivel de base muy bajo (el Miño), erosionase intensamente la vieja penillanura, creando valles en ""U"" con elevada diferencia de cota. El lago de Truchillas y el lago de la Baña son dos ejemplos de lagos glaciares de circo, testigos del glaciarismo que se desarrolló en esta zona durante diferentes fases del Cuaternario. El Lago de Truchillas se ubica en un circo rodeado de un anfiteatro de montañas, con una superficie de 0,04 km. cuadrados y de escaso fondo, se alimenta por algunos neveros de las partes más altas y por el arroyo de la Fuente de la Fermosina. Carece de morrena frontal, consecuencia de la ablación que la ha hecho desaparecer, revistiéndose sus escarpes de grandes bloques de cuarcitas, procedentes del derrumbamiento de sus paredes. Las laderas del valle de acceso (Valle del río Lago) están cubiertas de cantos de cuarcita, que forman el derrubio de las partes más altas de las montañas. Respecto al Lago de la Baña es de destacar la diferencia de nivel, de más de 600 metros, entre las alturas de la penillanura (Peña Trevinca - 2.127 m.) y el Lago (1.380 m). Junto a ello los efectos del glaciarismo cuaternario dejaron aquí su huella: un circo perfecto, las superficies pulimentadas y rocas aborregadas, y sobre todo la gran morrena terminal que envuelve a modo de arco la cuenca del anfiteatro, constituida por grandes losas pizarrosas y bloques angulosos, hasta de 30 m., que presenta un muy buen estado de conservación gracias a que el desagüe del lago se produce subterráneamente por debajo de dicha morrena, siendo casi nulo el efecto de ablación. El Lago es de escasa profundidad y superficie aproximada de 0,075 kilómetros cuadrados, aunque antiguamente debió ocupar todo el fondo del circo, pues éste se encuentra en gran parte cegado por sedimentos que constituyen hoy algunas praderas. Destaca también La Laguna, masa de agua de escasa superficie que está situada aguas abajo del Lago y se alimenta de su desagüe. El paisaje vegetal se encuentra condicionado por las frecuentes quemas para obtener zonas de pasto, lo que da lugar a la dominancia de los matorrales en sus laderas (brezales y piornales), aunque hay buenas representaciones en zonas de umbría y cursos de agua de bosque caducifolio (melojares y algún abedular) y amplias superficies procedentes de repoblación con coníferas, éstas últimas especialmente abundantes en el tercio más oriental del Espacio. Completan este paisaje silíceo, la vegetación anfibia lacustre y las comunidades fontinales de alta montaña, los cauces de agua con sus bosques de ribera (alisedas y saucedas arbustivas) y los pedregales y canchales asociados bien a los bosques o bien a las zonas de gran altitud donde comparten espacio con enebrales rastreros y vegetación quionófila y turbícola.
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Riberas del Rio Tuela y afluentes Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
El Espacio queda definido por el río Tuela y sus principales tributarios antes de pasar la frontera portuguesa, los ríos Baceiro, Gamoneda, Pedro y Ceira, y los arroyos Rivera de Anta, Tuiza, Porto de la Meda y Fraga de la Osa. Se trata de cursos con características de ríos de tramos medios y altos ubicados en los valles de Lubián y Hermisende. Son ríos que por lo general conservan bosques de ribera bien formados y que se asientan en un territorio con alto grado intervención humana al ser el paso natural entre la Meseta y Galicia y ubicación de gran cantidad de infraestructuras de comunicación, o producción y transporte eléctrico. La estructura fundamental del espacio está integrada por el bosque de galería de alisos, acompañados por prados de inundación instalados en suelos turbosos en algunas vegas; así como en los nacientes por formaciones arbustivas de sauces y abedules. La orla externa de las estrechas riberas entra en contacto directo con la vegetación zonal representada por robledales galaico-portugueses de roble melojo y carballo, con pequeñas manchas de castaños en las orientaciones más protegidas de las vegas y laderas; estando el resto del territorio dominado por los brezales y el matorral oromediterráneo en las zonas altas; siempre en formaciones de carácter pirofítico. Existen además cortados rocosos silíceos donde se asientan comunidades vegetales casmofíticas y pioneras de zonas de gleras y pedregales.
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Riberas del Rio Manzanas y afluentes Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
Están incluidos en esta ZEC el río Manzanas, en su tramo internacional, desde la sierra de la Culebra hasta su entrada en territorio portugués y sus principales tributarios, ríos y arroyos que recogen aguas de las cuencas occidentales de la comarca de Aliste. Los principales tributarios que la conforman son los ríos Cuevas, Colmenares, Trabazos, Ribera y Mamed, y los arroyos del Fontano y del Puerto. Se asocian a estos cursos pequeñas vegas dedicadas mayoritariamente a prados de siega y pequeños huertos, hoy en su mayoría en proceso de abandono y se mantienen bosques galería bien conservados en la mayor parte de su curso. Son terrenos con aprovechamiento humano desde muy antiguo a los que se asocian estructuras de manejo del agua como azudes, cauces, molinos, pisones, muros, pontoneras y vados de gran importancia, tanto paisajística como ambiental. La vegetación de ribera está compuesta mayoritariamente por alisedas, siendo las más desarrolladas y que presentan un mejor estado de conservación las ligadas al cauce principal del río Manzanas y a algunos de sus principales tributarios, ya que mantienen un flujo permanente de agua durante todo el año. Los tributarios de menor entidad, sin embargo, poseen un carácter más estacional, estando sometidos a fuertes estiajes, por lo que en muchos casos carecen de vegetación leñosa en las orillas, manteniéndose pozas aisladas durante el verano. En algunos tramos, la angostura de los valles, la presencia de afloramientos rocosos y las restricciones derivadas del estrés climático estival, impide el desarrollo transversal del bosque ripario. Por el contrario, en los valles más amplios y de relieve más favorable, la vegetación de ribera entra en contacto con la vegetación zonal, apareciendo manchas de fresnedas termófilas y zonas empradizas de hierbas altas que llegan a entrar en contacto con jarales, brezales secos y con bosques zonales de ladera, mayoritariamente encinares y melojares. En muchos tramos, la vegetación zonal natural ha sido sustituida por grandes forestaciones de coníferas y, en menor medida, por plantaciones de carácter productivo, generalmente choperas.
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El sistema de referencia nativo de los datos es WGS 84 (CRS84) en coordenadas geográficas -  EPSG 4326.

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