Espacios protegidos

Paisaje acantilado con un importante piedemonte en su base, que se adentra por un barranquillo intermedio (barranco de los Guardias). El escarpe marca la antigua línea de mar, antes de que nuevas erupciones hubieran formado la actual isla baja. La vegetación se compone de matorrales, donde las tabaibas -en las zonas más bajas del espacio- y las plantas rupícolas -en las más escarpadas-, constituyen la flora dominante. En el piedemonte del risco destacan especies representantes de antiguos bosques termófilos en sus facies más húmedas, como palmeras (Phoenix canariensis), barbuzanos (Apollonias barbujana), almácigos (Pistacia atlantica), palos de sangre (Marcetella moquiana), entre otras especies. Sobresalen las poblaciones de almácigos -las mejores de Tenerife- y los palmerales, pero también hay buenas muestras de dragos y cardonales, que trepan entre los riscos. La avifauna de este área se compone de canarios, currucas, mirlos, aguilillas, cernícalos, etc. En la parte alta de este sitio hay algunas casas habitadas que pertenecen a la población de Tierra del Trigo, localizada sobre el escarpe. Dichas casas se disponen en torno a una estrecha carretera que desciende por el acantilado hasta la isla baja de las inmediaciones de Las Cruces. Esta vía atraviesa la zona dodne se encuentran las mejores poblaciones de almácigos, palmeras y barbuzanos.

Sector final del espectacular barranco dde Ruíz, que abarca una de sus zonas más escarpadas y abruptas. -el cauce se encuentra profundamente encajado en materiales de distinto origen que incluyen la serie basáltica fisural del edificio central, la serie sálica de este mismo edificio y la serie basáltica reciente. Todo el área protegida alberga una alta biodiversidad endémica, con endemismos amenazados tales como el cabezón (Cheirolophus webbianus) y uno de los muchos taginastes de Tenerife (Echium giganteum). Los escarpes que flanquean el cauce poseen muchas plantas rupícolas; las laderas menos abruptas y el cauce de la zona baja cuentan con abundantes tabaibas, cardones y especies acompañantes; y el cauce, en las zonas más altas y profundas del barranco, posee interesantes comunidades de transición con reductos de laurisilva. La avifauna de este lugar se compone de canarios, herrerillos, capirotes, currucas, pinzones, petirrojos, etc. En las paredes del barranco nidifican, asimismo, cernícalos y agulillas. En el lecho del barranco, en la parte final del área protegida y en las laderas hasta considerable altura, hay diversos cultivos (plátanos, etc.). En torno a ellos se aprecian también depósitos de agua y canalizaciones. En dos lugares muy localizados hay además construcciones asociadas a los cultivos.

Terrenos con gran nclinación, cubiertos de pino canario (Pinus canariensis). En sus zonas más altas es sustituido por un retamar de cumbre, y en las más bajas se mezcla con almendros e invade sus dominios potenciales, ocupados por cultivos abandonados.

Dorsal montañosa que, en su parte oriental, presenta numerosos barrancos provocados por una mayor pluviometría, mientras que en la parte occidental suaviza sus relieves.

Zona de alta pendiente, surcada por un barranco de gran entidad. El paisaje se presenta tapizado de vegetación.

Las limitaciones de los aprovechamientos han posibilitado que esta zoan presente un aspecto más rico y variado que años atrás. Va conquistando poco a poco terrenos volcánicos de lapilli.

Laderas de las medianías inferiores de Puntallana recubiertas por un sabinar.

Barranco encajado al NE de la isla, cuyas laderas de pendiente media a elevada, excavadas en materiales basálticas de la serie antigua, se encuentran recubiertas por sabinares.

Terreno abrupto en el que alternan barrancos encajados e interpluvios más o menos alomados con una pendiente general hacia el Norte. la cubiera del territorio está constituida por monteverde.

Ancha banda de las medianías del norte palmero de accidentada orografía, en la que destacan los profundos barrancos con orientación general norte. Todo el territorio se encuentra recubierto por monteverde.

Laderas y barrancos del NE de la isla, de importante pendiente en los que se desarrollan comunidades de monteverde de gran valor, tanto por su madurez como por su elenco florístico.

Laderas con orientación general al este, donde la presencia de numerosos barrancos contiene una multitud de orientaciones, configurándose una vegetación variada, en la que destacan las comunidades de monteverde.

Area de pendiente acusada e incidida por varios notables barrancos, recubierta por una vegetación de monteverde.

Conforma una orografía montañosa plagada de barrancos, donde confluyen una naturaleza en buen estado de conservación y áreas más o menos transformadas por las actividades humanas. Comprende una dorsal de unos 1000 metros de altura donde la erosión constituye el principal modelador del paisaje. La vegetación cuenta con los principales hábitats presentes en los primeros 1000 metros de altura de Tenerife (cardonales, tabaibales, bosques termófilos, laurisilva e incluso pequeños reductos de pinar).

Macizo antoguo, fuertemente modelado por la erosión con profundas incisiones en forma de espetaculares barrancos. Entre sus valores naturales sobresale la laurisilva del monte del Agua. También hay una buena representación de retamares y comunidades xéricas de tabaibas y cardones.